Hace un mes leí una entrevista publicada en ‘Puerta del Sur’ a Juan Carlos Martínez, como responsable del Grupo Verde de Alcorcón. Me gustó, porque aportaba elementos para la discusión y anoté algunos que comento ahora, desde mi sincera cordialidad.
Empezaré por decir que el tono me transmitió sensaciones de cansancio, desilusión, parecía sentirse herido. Decía lo siguiente ‘’Cuando veo que muchos planteamientos que hicimos hace 12 años se ponen ahora en práctica…’’ ‘’Se están apropiando de proyectos que no son suyos…’’
Este es un buen asunto para debatir largo y tendido con una cerveza. Problema general en Europa, y en todo tiempo. La explicación parece la tiene en la cabeza él mismo, simplificando, es que cuando los grandes partidos pierden apoyos electorales, asumen e incorporan ideas de otros grupos para sumar y aglutinar fuerzas.
A mí me parece que siempre en la historia de la humanidad unos han tomado ideas de otros o se han apoyado en ellas, lo cual me parece que es para sentirse orgulloso del ser humano en general y que en lo personal Juan Carlos, o Los Verdes, deberían sentirse felices de que ideas suyas fueran puestas en práctica.
Eso pasó a otra mucha gente antes. El divorcio, el amor y la sexualidad libre, los derechos de la mujer, los derechos civiles, el estado de bienestar, y un sin fin de ideas, han sido puestas en práctica por muchas personas que no son precisamente las que las hicieron aflorar, entre otras cosas porque pasaron muchos años desde que se formularon y lucharon hasta que fueron aceptadas socialmente.
En la entrevista recuerda una movilización hace 12 años, en la que era niño o joven y participó acompañado de sus padres, recordando que de ahí nació el Grupo Verde de Alcorcón. Con todo mi respeto quiero entroncar ese recuerdo con los míos, de unos cuantos años antes, los 60 y 70 en los que era peligrosísimo llevar hijos pequeños a concentraciones, y por supuesto quiero entroncar con el recuerdo y admiración por las personas que en los difíciles 40 y 50 luchaban por unas ideas. Y así para atrás indefinidamente. Por ejemplo quien iba a decir a los anarquistas y marxistas de finales y comienzos de siglo que los temas de amor, sexualidad, matrimonio, divorcio, laicidad, derechos culturales, bienestar, democracia, estarían aceptados globalmente.
Siempre hubo gente antes que nosotros. Otros pelearon por ideas parecidas o diferentes, que entonces no eran aceptadas mayoritariamente, pero que hoy, tú y yo, hemos incorporado a nuestro bagaje intelectual. Las ideas podrían ser incluso diferentes en cada tiempo y lugar, pero el fondo de sensibilidad ante los problemas de los seres humanos y la búsqueda de soluciones era muy parecida.
Conviene recordar que las ideas, una vez difundidas, dejan de pertenecerte y toman vida propia, encarnándose en otras realidades, quizás no como fueron concebidas, pero mejor que se extiendan a que se olviden.
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