domingo, 28 de marzo de 2021

Conoce a: Mónica, Mas Madrid

 

Mónica García, candidata de Más Madrid a la Comunidad de Madrid. en la azotea de EL PAÍS antes de la entrevista.LUIS SEVILLANO

Mónica García.Mas Madrid. Manuel Viejo. 20-03-21

Mónica García (Madrid, 47 años) rechazó el martes ir en coalición con Pablo Iglesias: “Reivindiqué mi trabajo y el de mi grupo”, dice ahora. Anestesista de profesión, compagina desde hace seis años las jornadas en el Hospital 12 de Octubre con la actividad parlamentaria de la Asamblea. Ha sido el azote de Isabel Díaz Ayuso y el punto de mira del PP durante toda la pandemia. El próximo 4 de mayo será la candidata a la presidencia de la Comunidad por Más Madrid.

Pregunta. ¿Se acuerda de cuándo gobernaba la izquierda en la Puerta del Sol, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid?

Respuesta. [Ríe] Yo, concretamente, no.

P. Usted tenía 21 años y ahora tiene 47. ¿Qué tiene Madrid para el votante del PP?

R. Aquí el PP ha llegado a hacer hasta un tamayazo, que no es baladí. Cuantos más años lleva un Gobierno, más raíces y más redes clientelares es capaz de tejer y más difícil es para el resto.

P. ¿Cómo combatirá el eslogan de “comunismo o libertad” que propone Isabel Díaz Ayuso?

R. Aquí la libertad se traduce en que somos la Comunidad que más segrega en la educación; en que no podemos ir al médico cuando lo necesitamos; en que nuestros mayores se tienen que ir a residencias que dependen de fondos buitres; en que para contar con una escuela infantil nos tenemos que gastar la mitad del sueldo; en que para cuidar nuestra salud mental o nos hinchamos a orfidales o nos dejamos un riñón para pagarla. Ese es el concepto de libertad que nos han vendido.

P. Ayuso ha logrado que en Madrid se hable más de España que de la pandemia. ¿Somos responsables los medios de comunicación o cree que la oposición no ha sido vehemente?

R. No creo que sea una cuestión de vehemencia. Es muy difícil ponerse a la altura de alguien que solo utiliza las herramientas de la confrontación, de las mentiras y de los bulos. Yo lo comparo con un partido de fútbol. Aquí hay un equipo que no cumple las reglas y que no juega limpio. Tienes que elegir entre ponerte a su nivel, lo cual creo que crisparía a la sociedad y la haría menos convivible, o hacer una oposición honesta y rigurosa para denunciar sus barbaridades.

P. ¿En qué ha mentido Ayuso?

R. Tres ejemplos: dijo que iba a poner rastreadores y no puso los que necesitábamos. Dijo que iba a dar más docentes en los coles y no los tenemos. Y dijo que iba a dar ayudas y no nos las ha dado. Es un rosario de promesas incumplidas.

P. ¿Cómo definiría a la presidenta?

R. Una persona adicta a la crispación. Es una mujer obstinada que se dirige hacia un fanatismo.

P. El número de fallecidos por coronavirus en Madrid durante la pandemia llegaba el jueves a los 14.388. Somos la comunidad con más muertos de toda España y aquí seguimos, con todos los comercios abiertos.

R. Y también somos la comunidad con más ingresados. No hemos podido respirar en los hospitales desde el minuto uno de la pandemia. El sistema está saturado. Esto significa que se va a trasladar a las listas de espera el resto de patologías. Hemos ido siempre en contra de la evidencia científica y del resto de las comunidades. Hay que tomar las medidas en el momento que hay que tomarlas y, sobre todo, ser honesto. Si tienes que cerrar espacios interiores porque son peligrosos, se cierran y se dan ayudas. La pandemia se controla con la movilidad. No hay más fórmulas.

P. Usted es médica y trabaja en el Hospital 12 de Octubre. ¿Estamos los madrileños realmente cubiertos ante esta pandemia?

R. Con la gripe, que viene puntual y todos los años, ya se colapsaban los hospitales. Nos faltan recursos y camas. Tenemos un 30% menos de médicos de atención primaria y un 40% menos de enfermería en algunos lugares. Tenemos unos déficits que hemos ido acumulando durante todos estos años y que nos han hecho afrontar la pandemia con las manos en la espalda.

P. ¿Por qué ahora se habla tanto de los bares y tan poco de los hospitales?

R. Es muy difícil comunicar la saturación de los hospitales permanentemente. Cuando ya has contado que las UCI están al 100%, transmitir que pasan al 120% es imposible. Era muy complicado explicarle a la gente lo mal que estábamos ahí dentro. Una vez que se dice que han fallecido 10.000 madrileños, 12.000 y 15.000 y que se nos han muerto uno de cada cinco ingresados... es muy difícil. Estamos en un momento de saturación de lo sanitario.

P. Hemos normalizado que en Madrid fallezcan 30 o 40 personas al día de covid.

R. Tiene que ver con esa saturación y con la frivolidad con la que se han tratado los datos desde la Comunidad. No es lo mismo que un Gobierno te diga que el 99% de los ciudadanos no tiene por qué sacrificarse para que se cure el 1%, a que te explique que la situación es muy mala y que tenemos que cuidar a ese 1% que está en las UCI.

P. ¿Cómo se encuentran los sanitarios?

R. Hemos llegado al límite. Yo ya no sé cómo relatarlo. En la primera ola había una cosa épica. Éramos los que daban el 150% para resolver la situación porque desde arriba no había ayuda ni orden. En esa soledad nos supimos manejar. Con la segunda ola, hubo frustración porque no nos podíamos creer que las UCI se llenaran de nuevo. En la tercera, estamos viviendo un hastío y un maltrato sistemático que se mezcla con las palabras gruesas de Ayuso, que nos acusa de boicot y cuestiona nuestra profesionalidad. Nos ha puesto como sus enemigos.

P. PP y Ciudadanos no han presentado presupuestos ni leyes nuevas en año y medio. ¿Cómo valora su gestión?

R. Es un Gobierno de propaganda. Ayuso confunde la Puerta del Sol con un plató de televisión. Así no se puede gobernar. Madrid se lo juega todo en estas elecciones.

P. ¿Se arrepiente de no haber presentado una moción de censura antes de que Ayuso adelantara las elecciones?

R. No estaba solo en nuestra mano. Lo que precipitó nuestra moción fue ese posible cambio de Ciudadanos. Pensamos que si habían recapacitado en Murcia, quizás aquí también lo harían.

P. No se arrepiente.

R. No se dieron las circunstancias.

P. Hablemos de esta semana. ¿Nadie de Podemos le avisó de que Pablo Iglesias se presentaba como candidato?

R. No. Me enteré por la prensa.

P. ¿Le gustaría que se lo hubieran dicho?

R. Hubiera sido un detalle. Luego le escribí y le dije: ‘Bienvenido, Pablo. ¿Hablaremos, no?’.

P. ¿Le escribió primero usted o él?

R. Yo.

P. Dice que en esos primeros mensajes se entendieron. ¿En qué?

R. Las noticias venían más por la prensa que por los mensajes. El marco inicial era un marco de: “¡Oye, nos tenemos que entender!”. Luego otra cosa es que cuando el entendimiento se da por hecho, se dé por hecha también otra serie de cosas. Estoy convencida de que nos entenderemos. Tengo una buena relación con Iglesias.

P. A la mañana siguiente, dijo: “Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos”. ¿Se lo pidió Pablo Iglesias?

R. [Silencio] Fui clara y honesta. Básicamente, reivindiqué el trabajo de Más Madrid, el derecho a mantener una formación política que es la primera fuerza en el Ayuntamiento y que tiene 20 escaños en la Asamblea. Hemos sido la oposición más notoria contra Ayuso. Y reivindiqué mi papel y nuestro espacio. A mí me encanta la política regional. Aquí es donde está la sanidad y la educación. Llevo muchos años en la política regional y he vivido un año muy duro en la Asamblea y en el hospital. Básicamente revindiqué mi trabajo y el de mi grupo.

P. ¿Habló mucho con Íñigo Errejón ese día?

R. Claro. Estaba de acuerdo en todo lo que pensábamos.

P. ¿Hubo unanimidad en el partido respecto al rechazo a Iglesias?

R. Podría decir que sí. Sí, sí... puedo decir que sí.

P. ¿Todos votaron que sí?

R. No fue tanto una votación, fue una reflexión. Ver, sentir, hablar, intuir. Es más, si me apuras, en parte de la militancia había miedo a perder el trabajo hecho. Una compañera me dijo: “Joder, es que yo llevo mucho tiempo trabajando en temas de feminismo y educación y quiero seguir”.

P. Usted estuvo en Podemos antes de entrar en Más Madrid.

R. Más Madrid es la organización que más se adapta a la manera de hacer política que a mí me gusta. Hemos sabido aunar el modelo verde, el feminista y el de la justicia social. Es el sitio donde he estado más a gusto políticamente.

P. ¿Dormiría tranquila con Iglesias como consejero?

R. Duermo tranquila con un Gobierno progresista. Con lo que no duermo tranquila es con un Gobierno de Vox.

P. ¿Ha hecho algo bien Ayuso?

R. Quizá lo de los tests de antígenos. Era una buena idea, pero otra vez se puso a disposición de la propaganda y no de la salud.

P. ¿Cerraría el Hospital Isabel Zendal?

R. Creo que se le puede dar una pensada para ver qué se puede hacer con él, pero no sirve para hospital.

P. ¿Qué ofrece a los 447.000 parados que hay en Madrid?

R. Un cambio a corto, medio y largo plazo de modelo productivo. Trabajar de una manera precaria nos aboca a un futuro incierto que no podemos soportar más. Sobre todo los jóvenes. También quiero darle una vuelta a este modelo de turismo y servicios. Tenemos el potencial, pero no se está aprovechando.

P. Este jueves, según Idealista, había 1.449 casas de alquiler en Madrid. Solo dos valían menos de 600 euros.

R. Eso es un problema de primer orden. Los jóvenes en Madrid se dejan entre el 80% y el 90% del sueldo en la vivienda, y las familias, entre el 40% y el 50%. El problema es que el PP hace de inmobiliaria y no se preocupa por los inquilinos. Hay que regular el precio de los alquileres.

P. ¿Hay futuro en Madrid para los jóvenes?

R. No, porque no les damos expectativas. Y esto también tiene que ver con la pandemia y con la salud mental. No les damos opciones a los jóvenes ni siquiera para tener hijos. A todos ellos les ofrezco un cambio de paradigma. Quiero proteger lo más sagrado, que son nuestros servicios públicos.

P. ¿Ha hablado con Manuela Carmena?

R. Sí, nos hemos mensajeado y me ha apoyado. Tenemos pendiente quedar.

P. Si usted ganara las elecciones, ¿qué primera medida tomaría?

R. Reforzaría inmediatamente la atención primaria y la salud mental. Desharía todos los elementos de privatización que nos han traído hasta aquí. Y, sobre todo, no olvidaría que un sistema sanitario está enfocado a los pacientes y no a los negocios. En cuanto cambias ese eje, de alguna manera, todo va saliendo.

viernes, 26 de marzo de 2021

España por montera. Gil Calvo

 España por montera. Enrique Gil Calvo. 15-03-21

Los idus de marzo nos han traído un ataque de furioso politiqueo que ha sobrepasado todos los límites cuando ya nos creíamos curados de espanto. Al parecer, no importa la pandemia, la deriva del procés ni cualquier otro de los problemas que nos aquejan sin que a nuestros políticos les preocupen, como si solo contase su pelea de patio de colegio entre adolescentes despechados que ya no se ajuntan mientras se acusan de traición y otras lindezas más ridículas que patéticas. Y lo peor es que de toda esta trapatiesta va a salir ganando el personaje que quizá menos lo merezca, la inefable presidenta de la Comunidad de Madrid, que según las encuestas arrasará en las urnas. Lo que plantea una duda que desafía toda inteligencia: ¿cómo es posible que la ciudadanía madrileña pueda depositar su confianza en alguien sin conocimientos ni oratoria que ha demostrado ser incapaz de gobernar, saboteando la sanidad pública en la peor epidemia del último siglo?

Esta paradoja se explica por la singularidad de nuestra cultura política, basada en un personalismo nihilista que valora en los líderes su capacidad de torear a sus rivales hasta acabar con ellos aunque sea contra el interés general. El mérito de Sánchez a ojos de sus votantes es haber toreado a todos con su “no es no” y haberle dado estoque de muerte a Rajoy con su moción de censura. También el único mérito de Puigdemont es haber toreado al Estado con su insolente declaración de independencia mientras se burla de la justicia eludiendo su acometida. Y lo mismo cabe decir de Pablo Iglesias, ese matador con coleta de corrida goyesca que está toreando tanto al presidente Sánchez como al Régimen del 78 según demuestra su última faena de ayer.

Pues bien, ese es también el mayor mérito de Ayuso a ojos de sus fans: el estar toreando con sus desplantes insolentes al presidente Sánchez mientras les da estoque de muerte a Aguado y Arrimadas como si fuera una diestra mantis religiosa. Pero no solo torea a sus rivales, sino también al Gobierno y al Estado, con una faena que demuestra su maestría en la lidia de Leviatán poniéndose por montera a España entera. Además de burlarse de las restricciones contra la covid dictadas por Sanidad, que la presidenta madrileña elude aplicar en su propio territorio, también está logrando que las demás comunidades autónomas trabajen para ella bien a su pesar.

En efecto, por un lado las vampiriza económicamente extrayéndoles su plusvalía tributaria con insolidario dumping fiscal. Y además está logrando quedar como el único territorio liberado del confinamiento, lo que le permite tremolar su bandera de “libertad o socialismo” cuando en realidad está confinada por todas las demás que la rodean. Puede alardear de apertura de bares y restaurantes porque sabe que están clausurados para el resto de españoles, lo que le ahorra su posible contagio pandémico: así es como ha logrado ‘aplanar la curva’ a pesar de ser la santa patrona de la fiesta nacional.

jueves, 25 de marzo de 2021

Fascinados por el cinismo político

 

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, interviene en una rueda de prensa este lunes en la sede de la Comunidad.EUROPA PRESS/E. PARRA. POOL - EU / EUROPA PRESS

La fascinación cínica. Jorge Galindo, 18-03-21

''Ciudadanos intentó una moción en Murcia porque Arrimadas necesitaba dotar de actos fehacientes a su lento giro retórico hacia el centro (el concepto en su cabeza sonaba espectacular; aunque la implementación se ha revelado a sí misma como desastrosa). Ayuso reaccionó convocando elecciones porque piensa que así puede ampliar su mayoría, reduciendo su dependencia de otros partidos. Iglesias deja la vicepresidencia y se lanza en Madrid porque necesita salvar la presencia parlamentaria de su partido en la región, a punto de caer por debajo del umbral del 5%. Y Salvador Illa abandonó ese mismo Gobierno para resucitar a su partido en las elecciones catalanas del mes pasado.

La esencia de las “jugadas maestras” del último par de meses está en apenas esas cuatro frases. Pero ocupamos con ellas páginas, tertulias, grupos de WhatsApp, complejos paralelismos con series de moda, directos en Twitch. Mantenemos una suerte de fascinación hacia la pura coreografía política; vacía de trabajo y contenido.

De lo que hablamos es de por qué Ayuso se destapó con su reaganismo “comunismo o libertad”, o si “no pasarán” es un contralema apropiado con sus ecos guerracivilistas. Pero lo que nos preocupa en nuestro día a día son cosas como los efectos de la segregación escolar en Madrid sobre el futuro de nuestros hijos, o cuándo y cómo van a llegar las tan necesarias ayudas directas a empresas del sector hostelero en Murcia. Y así va creciendo la disonancia entre el debate público y las preocupaciones privadas. Una brecha por la que se cuela la fe en que el proceso político sirve para mejorar nuestras vidas, o al menos manejar la crisis.

Nuestro pensamiento sigue tres fases dentro de esta lógica: “oh, qué sorpresa este movimiento” (atención); “qué pereza, si es que solo se preocupan por mantener su poder” (desafección); “bueno, pero los otros son peores” (polarización). El resultado es un cinismo fascinado que paradójicamente nos impide apartar los ojos de la coreografía, aunque lo deseemos. Luego, cuando nos encontramos con un debate político genuinamente apegado a un problema, nos cuesta reconocerlo... @JorgeGalindo''

Exijan responsabilidades: Recuerden lo fundamental que fue la Atención Primaria,  hoy en proceso de destrucción, como pilar básico del Sistema Nacional de Salud. La Atención Primaria y su precario personal sanitario dependen de la Comunidad Autónoma.

lunes, 22 de marzo de 2021

Gracias. A vosotras

 

Fotografía de archivo de personal sanitario del hospital vizcaíno de Cruces, agradeciendo a los vecinos los aplausos durante todo el confinamiento. LUIS TEJIDO / EFE

'' No hay crisis reputacional en nuestro Sistema Nacional de Salud, pero hay salarios bajos, contratos temporales que se suceden sin interrupción y problemas de presupuesto.

El Sistema Nacional de Salud como paradigma del dilema español

El sintagma “crisis reputacional” nació asociado a las prácticas irregulares, cuando no delictivas, de la banca y desde ahí fue extendiéndose, cual mancha de aceite, sobre gran parte de las instituciones en cuyo entramado descansa o se agita la vida social. Lo curioso es que los organismos que conservan su reputación progresan poco o mal. Se diría que la ausencia de honra constituye más un mérito que una rémora. ¿Quién siente aprecio por su compañía eléctrica, por su suministradora de gas o por su banco? Nadie, sin duda, y con razones más que fundadas para ello. Pero dependemos hasta tal punto de sus servicios que no podríamos mandarlos a freír espárragos. Se diría que crecen, que engordan y que se multiplican gracias a nuestro desafecto. …

Una organización, en cambio, como el Sistema Nacional de Salud, cuyos empleados se han jugado la vida a lo largo de este difícil año, y que goza de la admiración y el cariño de los contribuyentes, ha de sacar adelante su trabajo con enormes dificultades. Recuerden que empezaron defendiéndose del virus con bolsas de la basura y que enfermaron y murieron, sobre todo en la primera ola de la pandemia, cuidando de nuestros padres, nuestros hijos, nuestros vecinos o de nosotros mismos. No hay crisis reputacional ahí, pero hay salarios bajos, contratos temporales que se suceden sin interrupción, problemas de presupuesto, etcétera. Es un ejemplo que podríamos ampliar si dispusiéramos de más espacio, pero es un ejemplo que evidencia los beneficios de la mala reputación en este perro mundo en el que nos ha tocado vivir.''

PD. Recuerden: La sanidad depende de las Comunidades Autónomas. Las responsabilidades deben exigirse principalmente en cada autonomía.

domingo, 21 de marzo de 2021

Sin perdón para los sinvergüenzas hdp

 ''Sin perdón. Carlos Boyero. 20-03-2021

El grito de “vete al médico” es tan gratuito como salvaje, es el exabrupto de un miserable impune, es la barbarie y el desprecio hacia los más débiles en estado puro.

…/…

Un político, por convencimiento o a la caza de votos, qué más da, habló el otro día en el Parlamento de los suicidas, de los que tienen enferma el alma y el cerebro, de los que necesitan ser escuchados por la psiquiatría y píldoras que hagan desaparecer su cotidiano infierno. Pero surgió la irritante voz del más idiota, cruel e irresponsable de la clase gritándole al que pedía al Gobierno que se ocupara de los náufragos —los psicólogos y la medicación son caras—: “Vete al médico”. Es tan gratuito como salvaje, es el exabrupto de un miserable impune, es la barbarie y el desprecio hacia los más débiles en estado puro. Dicen que la bestia, intentando atenuar el escándalo, después pidió perdón en Twitter. William Munny le diría: “Sin perdón”. Yo también. Pero ahí sigue el fulano. Cobrando del erario público, representando al pueblo.''

lunes, 8 de marzo de 2021

La revolución de las mujeres. En España

 



LA REVOLUCIÓN DE LAS MUJERES ESPAÑOLAS

Las mujeres eran fundamentalmente esposas y madres,

algo así como el templo de la raza…

Es importante recordar esa realidad pues pesará como una losa, como en oros diversos temas, en la ideología y en la práctica política de los partidos de la derecha española tras la muerte del dictador.

Es decir, no han podido desprenderse del todo de la pesada herencia franquista y más con una Transición que en realidad dirigieron ellos.

‘C’ de España’, página 244.



Es importante en todos los análisis, determinar el aspecto principal, que no es lo único, sino lo dominante, y definir lo secundario, caracterizarlo para diferenciarlo claramente, ello permitiría guiar mejor nuestro ideario de activismo, nuestra estrategia y actuación política. Pero siempre, si pretendemos comparar, es importante aportar datos, cifras, hechos, además de opiniones, sigan leyendo y comparen pasado y presente, comprobarán que la pesada losa fue retirada y que del pasado templo de la raza y de la pesada herencia franquista se hizo añicos. ¿Transición dirigida por ellos, los franquistas? ¿Acaso pretenden afirmar que la lucha de las mujeres fue dirigida por los franquistas? Fue contra ellos, y ganaron.

O esto que vivimos, es franquismo, o no lo es, la indefinición lleva a muchos errores de bulto en cada capítulo, si se afirma que durante el franquismo ‘Las mujeres eran fundamentalmente esposas y madres, algo así como el templo de la raza… y se constata que hoy las mujeres españolas disfrutan de una sexualidad libre de maridos e hijos, si comprobamos que las españolas hoy son grandes deportistas a nivel mundial, si vemos que hoy están entre los primeros eslabones de la revolución feminista global, si disfrutamos de su alto nivel de estudios y ocupación universitaria, de sus capacidades profesionales en muchos y variados ámbitos, de su nivel de intervención política ocupando buen número de puestos en el Congreso y en el Gobierno, ocupando lugares de poder en el ejército, el CNI, en el sistema productivo… en definitiva si se dice que en el pasado eran una cosa y se demuestra que en el presente son otra muy distinta, habrá que colegir que muchas personas se han equivocado al tratar de hacer pasar esta democracia como un anexo del franquismo. O tienen un lio de tres pares de narices en la definición y conceptualización de las sociedades. Lo cual no es óbice para aceptar que existen grandes desigualdades e injusticias, que requerirán enormes esfuerzos de mejora. Pero por favor, no comparen, esto, no es aquello.
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En el franquismo de los años 40 y 50, las mujeres vinculadas a los perdedores, esposas, hermanas y madres, además de fusilamientos, la represión y torturas, el hambre, miseria y enfermedades, sufrieron particularidades represivas por ser mujeres, palizas, robo de hijos, -cuántos ¿40.000?- humillaciones públicas, perseguidas y violentadas habitualmente, si querían ir a la cárcel a visitar a su marido o padre, sufrían agresiones sexuales como pago de visado, muchas veces las sufrían simplemente por vivir, trabajar o comer. Un buen amigo que vivió en una de las colonias de pobres en Madrid, me contaba que estaba vigilada, controlada por unos fascistas ganadores, individuos que controlaban las entradas y salidas de aquellas casuchas y el encaje laboral de aquellas personas. Este amigo contaba que presenció en su infancia, como el personaje controlador tomaba a una esposa o hija y la metía en una de aquellas casuchas/chabolas para violarla antes de concederla permiso para ir a Carabanchel, o con la amenaza de no dar un parte, chivatazo sobre algún familiar.

El franquismo prohibió el matrimonio civil, la contracepción, el divorcio, y restableció el Código Civil napoleónico, de 1889, que, entre otras cosas, sostenía que: ‘’ la mujer casada no puede trabajar sin consentimiento del marido, ni abrir una cuenta bancaria, ni disponer de los ingresos de su trabajo, ni comprar bienes, ni suscribir contratos, ni administrar sus bienes, se designa al marido administrador único de los bienes del matrimonio, ni puede sacar pasaporte, ni ser tutora, ni comparecer en juicio, ni puede ser cabeza de familia, ni puede aceptar herencias, ni solicitar partición de bienes’’... Si estaban casadas no podían inscribirse como paradas en las oficinas de colocación, se llegó a prohibir el empleo femenino de las casadas en 1942, y se instauró el despido obligatorio de solteras cuando se casaran, ocurriendo todavía en los años sesenta.

Durante el franquismo las mujeres quedarán recluidas en el hogar bajo la tutela del padre hasta los 25 años cuando ganaban la mayoría de edad, salvo anterior matrimonio, quedando entonces sometidas al marido, -la mayoría de edad masculina era a los 21 años, las mujeres se equipararán a los hombres en 1972-. Había que aguantar toda la vida al marido, se prohibió el divorcio. No podían firmar contratos, abrir cuentas, elegir profesión, ni disponer de sus propios bienes… sin autorización masculina. El Código civil equiparaba a las mujeres con locos y dementes… Existían duras penas por aborto, incluida la cárcel, además del peligro de morir por estar prohibido y ser practicado clandestinamente en condiciones harto penosas, y tener un hijo fuera de la institución familiar costaba repudio y marginación por vecinos, y las instituciones del régimen, los padres podían dar en adopción a sus hijos sin consentimiento materno hasta ese año de 1970. La sexualidad femenina era bloqueada, perseguida, y vinculada a parir hijos. Las agresiones a las mujeres se producían constantemente, sin rastros de su existencia, los hechos quedaban en las tinieblas. Imposible denunciarlos sin exponerse a mayores penalidades.

El adulterio femenino estaba extremadamente perseguido y penado, mientras para el hombre no había penas por adulterio, solo en caso de amancebamiento, las penas para el adulterio femenino eran durísimas, permitiendo en la práctica que padres y maridos pudieran matarlas sin ser castigados penalmente para lo cual se llegó a configurar una particular figura penal franquista, el uxoricidio, la muerte de la esposa a manos del marido, que, si era sorprendida en adulterio, no era penado matarla, como tampoco si era la hija menor de 23 años. Esta brutalidad no se cambió hasta comienzos de los años sesenta, veinte años después de la derrota.

A las mujeres no se las permitía estudiar, los datos así lo prueban, como también los discursos que justificaban el diferente destino de mujeres y hombres, la obligatoriedad de escolarización sin discriminación por sexo, se fija en la Ley General de Educación de 1970, treinta años después de ganar la guerra y romper aquel avance de la República. Las mujeres no podían abrir cuentas corrientes, ni firmar contratos, ni abrir empresas… necesitaban autorización de los maridos para hacer muchas cosas. En el franquismo no era habitual ver mujeres solas por los bares, cafeterías, restaurantes, cines, conciertos, exposiciones, conferencias… no veías pasear grupos de mujeres por los pueblos y ciudades pequeñas.
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En España hoy estamos lejos del siglo XIX y del franquismo. Salvo que se demuestre que en la España democrática suceden hechos como los relatados anteriormente. La democracia está bastante distanciada de aquella historia pasada en muchos aspectos, pero destaca uno en el que las diferencias son abismales. La revolución de las mujeres ha roto con el pasado en múltiples cuestiones que afectan a toda la sociedad española, incorporando millones de personas al conjunto de la vida social en cualquiera de sus manifestaciones, sea en la calle, en la cultura, el deporte, en el mundo laboral, en la política, La capacidad de influir de las mujeres en todas las decisiones de la vida, es extremadamente diferente respecto al pasado franquista y más allá. Sin perjuicio de lo mucho que queda por corregir, para saber dónde estamos estaría bien, de vez en cuando, reconocer lo conseguido. Quien pretenda hacernos creer que esta sociedad democrática del siglo XXI se aproxima al pasado franquista, tiene un mal sueño, está fuera de la realidad y debería empezar a considerar la revolución efectuada en España por ‘la mitad del cielo’.



La revolución de las mujeres, se ha producido en todos los ámbitos. Miren en el terreno de la enseñanza:    80 AÑOS DE ENSEÑANZA EN ESPAÑA


domingo, 7 de marzo de 2021

Divertimento. Árboles del Escorial, 38

 Árboles del Escorial. (38)