sábado, 30 de junio de 2012

Es española como muchas otras

Me permito trasladar un post escrito por Dolores Vendrell en su blog 'La opción positiva'.


sábado, 30 de junio de 2012
¿YO SOY ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL?

Esta noche quizás ganemos, o perdamos. Pero ayer, viernes 29 de junio 2012, ayer perdimos. No en el estadio, sino en la Catedral de Madrid, en la Almudena. Sí, soy española. Sí, soy ciudadana del mundo, soy un ser humano, y creo en los Derechos  Universales del Hombre, y en los derechos constitucionales de los españoles. Creo en el derecho a la libertad, a la igualdad ante la Ley, en el derecho a la Educación y a la Sanidad, en el derecho a una vivienda, en el derecho al agua y al pan y al trabajo digno para ganarlos. Creo en las enseñanzas de los hombres justos que nos dignifican, en el mensaje de fraternidad de Jesús de Nazaret. Por eso ayer fui a la Almudena, para apoyar a las personas encerradas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. La verja estaba abierta, había algunos furgones y policias delante, nadie nos dijo que no entrásemos. Me senté junto a las escaleras. No insulté a nadie, no agredí a nadie, no cause´ningún daño a nadie ni a nada. Estaba al pie de la Catedral y recordaba el derecho medieval a asilo. Hoy ya no existe. ¿Quién los auxiliará hoy, a los sin techo? Eso pensaba, en silencio. La policia nos mandó salir. Salimos en fila. Hicieron un cordón policial, pero conforme saliamos nos ordenaron ponernos junto a la pared, en un rincón ( eramos pocos, sí, cabíamos en un rincón) A la prensa la hicieron salir del "rincón". Nos pidieron los carnets, los pasaportes. Nos rodearon. Vinieron más furgones, más policias. Una abogada habló, la mandaron callar. Los retenidos se arrodillaron, simulando una ejecución. Veinte furgones bordearon toda la fachada de la Catedral. Unas treinta personas en un rincón, otras tantas encerradas en la Catedral. Nos retuvieron durante un tiempo, tomaron nuestros datos, nos amenazaron con una multa. ¿Por qué? ¿ Porque no respetaron mis derechos?  Por fin salimos del "rincón" para ver como sacaban a los encerrados, en fila, en silencio.
Ayer perdimos.No, rectifico de acuerdo con un comentario: ayer ganamos, ganamos solidaridad, ganamos si conmovimos la calma de los callados...podemos, junt@s, podemos
Publicado por Dolores Vendrell en 08:54 



Lo peor de todo es que los pagamos para que nos protejan a nosotros de ellos, a los débiles de los mezquinos,de los injustos,de los que crean burbujas y arruinan países... Pero nunca vemos que detengan ni que arrinconen a tantos 'quebradores' de Cajas y bancos, nunca vemos que arrinconen a tanto desalmado que utiliza dinero público para sus viajes y celebraciones particulares, no vemos que la poli arrincone a tanto defraudador, a los evasores de impuestos, a los que se escaquean de juicios por sus nombres y cargos...

Pagamos policía para que nos protejan de los poderosos que han destrozado vidas y haciendas, para que nos cuiden de banqueros que han hundido al país y no solo no lo hacen sino que encima tenemos que salvarlos con los sacrificios de todo un pueblo.

Cada día se parecen más a los grises, cada día la poli se aleja mas del pueblo, cada día el gobierno se va más allá, a su bola, a su mundo y el resto, al rincón.

Que vergüenza de policía. Que vergüenza de Gobierno, que vergüenza de banqueros, que vergüenza de élites... No es extraño que mucha gente empiece a pensar en dejar de pagar a aquellos que solo apoyan a los poderosos.

PD. Y cual fue el papel de la Iglesia?, prestó acogida, salió a defender a los débiles ante los usureros y sus huestes?


lunes, 18 de junio de 2012

Hecatombe para España

El bono a 10 años por encima del 7% es una hecatombe nacional. 

No hay financiación para España, ni para el Gobierno ni para empresas privadas. 
Ni para CCAA, etc.


Las elecciones giregas han dado tranquilidad, a Grecia y a los inversores que tenían dudas con Grecia. 
Los peligros para España siguen adelante. 

La prima de riesgo se ha doblado con el Gobierno de Rajoy, en tan solo 6 meses. 

La desconfianza mundial ha aumentado gravísimamente en estos meses, y desde Bankia, estamos con todas las alarmas encendidas y cayendo y cayendo. Y con el rescate a la banca, como era esperable, han leído que la deuda pública aumentaba un 10% de repente, por ahora. Y el deficit aumentaba, en los intereses.


Estamos en caida libre. O lo sujeta la cumbre del G-20, o nos despeñamos. Y si lo sujetan no será gratis. Nunca lo es.

jueves, 14 de junio de 2012

Estamos en situación de emergencia

Nos estamos empezando a quemar, si quiere ampliar información pase por

 'Arian seis'


PD. Bailout = Rescate

jueves, 7 de junio de 2012

Portadas internacionales de los últimos tiempos

Salimos en todas las portadas de la prensa internacional. Aquí una muestra tomada del montón. Nunca en nuestra historia, quizás salvo durante la guerra civil, nos han prestado tanta atención, y es que dado nuestro tamaño todo el mundo está preocupado porque podemos destrozar muchos otros países y arrastrar sistemas financieros relacionados.

Si los bancos españoles caen, quienes les prestaron dinero, por ejemplo bancos alemanes y franceses durante los años pasados, asumiendo riesgos enormes, pues eso, que los asuman. Aquella orgía de crédito de 500.000 millones de euros alrededor de la burbuja inmobiliaria se infló entre mucha gentuza, los de aquí y los que metían la pasta desde allí.

El caso es que será otra vuelta a tuerca a la intervención. Si claro, intervención, rescate, en torno a ello gira todo el laberinto de estos días. Reclamo su atención sobre mis últimos post sobre el asunto, en los cuales discrepaba de Felipe González sobre la imposibilidad de una intervención, yo he defendido que es una cuestión de grados, de niveles que pueden ir apretando más y más y no tenía por qué producirse un rescate en un momento puntual de gran explosión. Lo cual no descarta momentos explosivos. Ahora estamos en uno de ellos.
Si quieres leer más lo tienes en 'Arian seis'

martes, 5 de junio de 2012

Pita a la banca. A los banqueros


Responsabilidades. JOAQUÍN ESTEFANÍA 3 JUN 2012


Hay una generalización malsana sobre el papel que durante mucho tiempo jugaron las cajas de ahorros en España. Hay algunas que han funcionado bien hasta ahora, cajas que siguen teniendo políticos y sindicalistas en sus consejos sin que hayan hecho un uso espurio de su poder, y que, además, eligieron bien a los gestores que debían regirlas. El abuso en la negatividad de las cajas contribuye a ayudar a quienes han querido apoderarse de ellas, o desviar la atención de sus propios problemas.
 

En las cajas de ahorros que han salido rana existe un conjunto de irresponsabilidades en cascada, de distinta naturaleza. Por ejemplo, en el deterioro de sus activos inmobiliarios —y empresariales— tiene mucho que ver la duración y la profundidad de la crisis económica, que han hecho que haya disminuido su valor.
 

Hay un segundo tipo de responsabilidad que tiene que ver con la mala gestión en general. Seguramente a esto es a lo que se refería el presidente del Banco Central Europeo. Mario Draghi, cuando —mencionando explícitamente a Bankia— declaraba que a veces la principal reacción de los administradores, Gobiernos o los supervisores nacionales es subestimar la importancia de los problemas.
 

Hay otro tipo de responsabilidad más nociva: cuando se utiliza la institución como un cortijo y se la exprime. Entre los aspectos que faltan por detallarse del caso de Bankia está el momento en que algunos de sus directivos multiplicaron sus sueldos o sus pensiones por 10, por ejemplo, respecto a los de sus antecesores. O cómo se convenció a la gente para que adquiriesen las participaciones preferentes que han constituido una trampa para tantos; o si en alguna de las siete cajas que conformaron la cuarta entidad financiera del país se destinó dinero a la financiación directa de los partidos o indirecta a través de las fundaciones.
 

O desde cuándo su situación económica era comprometida. El antepenúltimo presidente de Caja Madrid, Jaime Terceiro (años 1988-1996) hizo una intervención en la Academia de Ciencias Morales y Políticas hace un año  en la que afirmó que en el ejercicio 2010 de Caja Madrid “se observa una variación negativa en los fondos propios [pérdidas] de 4.010 millones de euros, pese a que el Banco de España autorizó registrar unos beneficios aparentes de 180 millones de euros, probablemente para poder pagar los intereses de las participaciones preferentes”.
 

Terceiro, sustituido por un Miguel Blesa cuyo principal activo era ser amigo de Aznar (no tenía precedentes financieros profesionales), entiende la percepción de los ciudadanos de que las ingentes ayudas recibidas por algunas cajas no son exclusivamente un apoyo a la estabilidad del sistema financiero, sino que también son un apoyo a la continuidad de directivos y miembros de los órganos de gobiernos que “fueron los responsables no solo de una pésima gestión sino también (...) de comportamientos fraudulentos”.

domingo, 3 de junio de 2012

Regeneración democrática ¿donde estás?


Impunidad ¿para qué? ANTONIO ELORZA 1 JUN 2012
 

No cabe otra salida que exigir una Comisión Nacional de Responsabilidades
En esta Semana Negra de la economía española conviene mencionar que el principio de la gestión responsable está inscrito en los orígenes de la democracia. A diferencia de otros países de nuestro entorno, donde un comportamiento impropio, incluso cuando se trata del presidente de la República, lleva a su dimisión, aquí prevalece la idea de que el único veredicto de las actuaciones públicas reside en el sufragio. Una vez obtenido este, se convierte en patente de corso, y de impunidad, no solo para el Gobierno resultante, sino para todos aquellos grupos e intereses por él protegidos. Como consecuencia, entran en quiebra uno tras otro los principios capitales establecidos por la democracia clásica en Atenas: la isonomía, el derecho del ciudadano a la participación en las decisiones políticas; la isegoría, el derecho a la expresión en la asamblea, ampliable en las circunstancias actuales al derecho a información veraz y, en fin, la eisangelía, la posibilidad de encausar ante la Boulé o Consejo a todo aquel que con su conducta, delictiva, corrupta, o incluso con su incompetencia manifiesta —el jefe de una flota que sufrió una derrota vergonzante—, hubiera perjudicado sustancialmente los intereses de la polis.
 

En la cuesta abajo española de los últimos años sobran los motivos para poner en práctica esa exigencia de responsabilidades, tanto por corrupción como por incompetencia manifiesta. Dispuesto a impedirla, el PP en bloque se escuda ante la prioridad de la crisis como único problema del presente y exhibe su ya probada voluntad, en tan breve período de gestión, de correr una tupida cortina destinada a ocultar la línea de actuación del Gobierno. Recordemos que hasta el estallido de Bankia, consistía atendiendo a lo dicho por Rajoy en un “los viernes, atraco”, con las medidas más importantes, como los recortes en sanidad y educación escondidas al final de una nota informativa. Ni siquiera al denunciar el exceso de déficit sobre el anunciado por los socialistas en el traspaso de poderes fue ofrecida la menor precisión, a diferencia de lo que antes, con acierto o sin él, hiciera Cospedal al sustituir a Barreda en Castilla-La Mancha. El Gobierno dice la verdad, hace en todo momento lo mejor para España, y basta. Aunque al salir del sombrero, el tamaño del conejo Bankia pase de 4.000 a 23.000 millones, no importa. Goirigolzarri advirtió de que no debían exigirse responsabilidades; Guindos fue más ocurrente: había que evitar “el espíritu de venganza”. No importa tampoco el enorme desasosiego de una opinión pública puesta al borde del abismo en un marco de crisis por errores descomunales de gestión, amén de privilegios injustificables y corrupciones.
 

De entrada, constituye una falacia suponer que la puesta en marcha del análisis de las responsabilidades daña al principio de unión sagrada aquí y ahora. Ni una comisión sobre el tema iba a cerrar sus trabajos en una semana, ni la imagen exterior e interior del Gobierno sufriría nada, todo lo contrario. La desinformación y los vaivenes en la respuesta a la crisis financiera son las principales causas de una justificable desconfianza. Lo insostenible es la negativa a atender al derecho democrático a la información en una coyuntura tan grave. La sociedad española, para seguir creyendo en sus instituciones, necesita saber quiénes y de qué modo han llevado las cosas hasta este punto, mientras el Gobierno se ocupa de que el litoral siga bien forrado. Catorce millones de indemnización a un gestor de caja quebrada no suscitan oficial respuesta alguna, mientras en Francia el Gobierno actuará contra los 400.000 euros del patrón de Air France.
 

La impunidad significa más que eso: es la seguridad de que se mantendrán en el poder y con todo privilegio los causantes de nuestra crisis. Ejemplo: Valencia. Y tal supervivencia constituye un atentado contra la democracia. Sabemos que una comisión parlamentaria no sirve de mucho, pues es obvio que el PP se opone a todo, incluso a que se explique Fernández Ordóñez. Así que una vez rechazada por Rajoy, no cabe otra salida para los demócratas que exigir una Comisión Nacional de Responsabilidades, con el máximo grado de participación de fuerzas parlamentarias —confiemos en que con presencia socialista—, similar en sus objetivos y medios a otras Comisiones de la Verdad, con el cometido de establecer un balance riguroso del proceso de huida hacia las tinieblas que ha padecido la economía española. No se trataría de emitir sentencias testimoniales, sino de vencer la oposición del Gobierno mediante una movilización democrática. Algo casi imposible, pero necesario. La indignación necesita ser encauzada.