martes, 23 de diciembre de 2014

martes, 2 de diciembre de 2014

El idioma español y lo hispano, fenomenales activos









En esta época deberíamos prestar mayor dedicación y confianza a la posibilidad de globalización de nuestros activos, y el idioma español que ‘nos ha llovido del cielo’, es uno de los más importantes, tanto para el exterior como para el interior en sus aspectos económico, político, tecnológico, cultural… todos ellos atributos de poder blando.

Un activo muy importante que podría serlo más por su papel de cohesión interior, facilitando la construcción de un patriotismo democrático, del que estamos bastante necesitados si queremos construir una alternativa de futuro, lo cual sería el principal camino dadas sus posibilidades inclusivas, para resolver el encaje de separatismos.


La Fundación Telefónica presta atención al idioma español desde hace años y tiene un buen lote de estudios, en colaboración con Ariel, sobre su importancia en diferentes aspectos. Particularmente me sorprendió hace años el siguiente estudio genérico sobre 'Valor económico del español'








El otro libro que destaco es ‘El español lengua de comunicación científica’, por la importancia que tiene en la sociedad del futuro, la educación, investigación, ciencia, su publicación y difusión como armas de penetración de la marca España… el mundo de las patentes y la selección de idiomas globalizadores de difusión mundial es una batalla encarnizada en la que el español ha perdido batallas importantes incluso dentro de la UE en donde el español está bastante atrás de su potencial. 

El cuadro siguiente sobre el peso de los hispanohablantes en el mundo procede de uno de sus trabajos cuya portada tienen al lado; México es la mayor potencia del idioma español, seguida de Estados Unidos; después aparecen Colombia y España.  

 

Sobre este asunto del idioma siempre hay que mirar al Instituto Cervantes y como para muchas otras cuestiones al Real Instituto Elcano. Su ‘Barómetro de la Marca España’ hay que tenerlo en cuenta, ahora BIE tras la cuarta oleada diciembre 2013. En 2014 el ‘Informe de presencia global’
      

Naturalmente no todo es Jauja, vean el siguiente artículo:  El español, ¿conquista el mundo? 18 abril, 2014 Fundación Carolina

Este podría ser otro artículo laudatorio de la lengua española. Desde luego, es el activo más importante que tenemos, como así lo demuestra la desapasionada lectura de unas cifras que solo invitan al optimismo. De acuerdo con los informes que la Fundación Telefónica está realizando sobre el valor del español, la capacidad de compra que acumulan sus más de 450 millones de “usuarios” alcanza el 9% del PIB mundial; además, el idioma genera el 16% del PIB español y es un vehículo crucial de nuestra internacionalización: de este modo, compartir lengua multiplica por siete los flujos bilaterales de inversión directa exterior.

Sin embargo, la influencia del español en la comunidad internacional no hace justicia a estos números. Ciertamente, gracias ante todo a la presión iberoamericana —de donde procede el 90% de los hispanohablantes— es una de las lenguas oficiales en Naciones Unidas, pero es solo la tercera en uso y ni siquiera es idioma de trabajo de su Secretaría ni oficial en la Corte Internacional de La Haya, en beneficio de un francés claramente sobrevalorado. Por si fuese poco, el español ocupa el quinto lugar en la Unión Europa, desde donde —recordemos— en 1991 se intentó imponer sin éxito la comercialización de los teclados sin ñ.




El idioma español en EEUU, seña de identidad

Me permito publicar unos párrafos que he extractado del siguiente trabajo sobre el idioma español, por sí solos suficientemente optimistas y significativos. Una gran fuente de riqueza y poder blando que tenemos poco atendida en España.

LA GLOBALIZACIÓN Y EL ESPAÑOL EN LOS ESTADOS UNIDOS COMO SEÑA DE IDENTIDAD AMERICANA. Doctora PURITY ADA UCHECHUKWU* bikere@hotmail.com. Universidad de Nnamdi Azikiwe, Awka, Nigeria. index l comunicación | nº 4 (2) | 2014 |

No sólo eso, el español paulatinamente se ha convertido en una parte integral de la identidad americana.

Este artículo explora el estatus del español en el mundo, su expansión en EE.UU. y cómo el español se ha convertido en una seña de la identidad americana. La desaparición de las fronteras entre los Estados Unidos y sus actuales vecinos hispanohablantes comenzó con la llegada y colonización de América por los españoles. En aquella época la mayor parte del sur de lo que hoy pertenece a los Estados Unidos eran regiones de la expansión española. La colonización española trajo la lengua del Atlántico y se hizo americana en detrimento de las lenguas autóctonas, que se calcula eran alrededor de trescientas.

Con las lenguas anglosajonas se señaló otra etapa en la globalización lingüística del continente americano. La convivencia de ambos idiomas –inglés y español– se reflejó no sólo en la primera constitución de California, escrita tanto en español como en inglés, sino también en el primer texto escrito en 1610 por Gaspar Pérez de Villagrá redactado en español según Lago (2008: 24).

Esa convivencia pacífica experimentó un cambio en 1885 por causas políticas. Es que casi cuarenta años después de la ocupación anglosajona de los estados del sur-oeste, la población hispana en esa región era de 100.000, frente a los 40.000 de la colonia inglesa.

Consiguientemente, y frente al incremento de la población hispana, los ingleses decidieron fortalecer la hegemonía del inglés y asegurar su poder en la región. Ésta tomó la forma de una ley, promulgada en 1894, que estipulaba que sólo las personas con conocimiento de inglés tenían derecho a voto (Espinosa, 1975; Azevedo, 2005). Resultó que las leyes y costumbres se adaptaron al inglés en desventaja del español.

Ya sabemos que se habla español en Europa, África, Centroamérica, Suramérica, el Caribe y, últimamente, en los Estados Unidos. Si añadimos el aumento global, en la cifra de personas no nativos que hablan la lengua, no es justificado incluirla en la misma categoría que el chino y el hindi.

Respecto a su rol internacional, el español no sólo es una de las cinco lenguas designadas oficiales de las Naciones Unidas, también es reconocido como uno de los idiomas que han logrado el estatus internacional por ser lengua franca en muchos países del mundo.

El español también justifica su ‘rol especial’ en el mundo, por ser lengua oficial en una totalidad de 21 países donde funciona como lengua comunicativa para todo tipo de intercambios.

El inglés ya no es la única lengua franca en la sociedad estadounidense, puesto que ya casi comparte con el español. Este cambio demográfico-lingüístico no implica el reemplazo de una lengua por otra, si bien “los Estados Unidos están casi en el límite de convertirse en un país hispánico” (Marcos Marín, 1994:10), según expresa un conjunto de factores emergentes.

Según Lipski (2010), el español es, en efecto, una lengua nacional de los Estados Unidos, aunque no goza de reconocimiento oficial (véase también Caffarel Serra, 2008: 19). No resulta sorprendente leer que hay “más ‘speak Spanish’ que en España” (Ruiz Mantilla, 2008) y eso no es sólo por el número de hispanohablantes, sino por el creciente interés en el aprendizaje de la lengua por parte de los no nativos.

Asimismo, Lago (2008) observa que la distribución geográfica de los hispanos ya no corresponde a la del Censo del 2002, ya que no se concentran exclusivamente en los estados del sudoeste como en el pasado. Últimamente se encuentran hispanohablantes en la totalidad del territorio nacional, hasta la frontera de Canadá. Por lo tanto, el cambio demográfico demanda la configuración de un nuevo mapa nacional (Lago, 2008: 25).

En el ámbito académico, las investigaciones de Furman, Goldberg y Lusin (2010), de las que provienen las estadísticas de la Modern Language Association of America sobre el aprendizaje de otras lenguas extranjeras (excepto el inglés) por estudiantes universitarios en EE.UU, subrayan el español como la lengua extranjera más estudiada en comparación con los principales idiomas europeos: alemán y francés. Abundando en el mismo asunto, el aumento de la promoción del español se refleja también en programas de español para el hablante de segunda generación: “Spanish as a Heritage Language” (SAHL), ofrecidos como seña de mantenimiento de origen e identidad

la fuerza económica, han sido descritos por Goldman Sachs Research Strategy (2007) como “the hispanization of the United States”. Lo que quiere decir que hay que contar con la población hispana en la sociedad estadounidense, como factor de crecimiento económico y a pesar de la voz escéptica de Huttington (2004a y b) y los esfuerzos de los movimientos anti-bilingües como US English.

Sin embargo, la situación lingüística actual es una “convivencia del español y el inglés […] las mismas consecuencias que observamos en todas las comunidades bilingües del mundo, sin que ni el español ni el inglés pierdan su integridad lingüística” (Lipski, 2010). Por lo tanto, la escena lingüística de convivencia de la época colonial se desarrolla de nuevo y pudiera acabar convirtiendo la sociedad estadounidense en el segundo país del mundo con más hablantes de español, si las proyecciones estadísticas se cumplieran, en el 2060 (véase Frey, 2012).

Pero como dice Vargas Llosa (2010), no sólo la lengua común unía a los hispanohablantes, sino que también hay denominadores comunes como creencias, valores, ideas, costumbres, mitos, formas artísticas e instituciones, y sentimientos que contribuyen a entrelazar a las personas con su lengua.

Y si consideramos lo dicho por Spolsky (1999: 181), que un idioma es un poderoso símbolo de la identidad, o Johnson (2000), que opina que si los latinos en los Estados Unidos independientemente de sus países de origen utilizan el español para identificarse, es que el idioma forma parte de su conciencia. Y renunciar al mismo, ya sea literal o simbólicamente, es renunciar a una dimensión importante y poderosa de su identidad personal y social (Johnson, 2000: 177). Claramente, el español actúa como el tejido vital que les enlaza lingüísticamente (Stavans citado en Saz, 2001: 225). Y este fenómeno de fusión de culturas distintas, incorporado en el español estadounidense, se aprecia también por logros en las formas artísticas como la literatura (Lago, 2013), lo que confirma que aun en tiempos de la globalización:

Así que por el efecto de la globalización y la desaparición de las barreras culturales, el español sigue ganando reconocimiento como lengua de identidad en EE.UU. y, en contraste con el inglés, ni provoca una segregación lingüística, ni impone su cultura de manera que resulte sometida la identidad de otras naciones (Gutiérrez Ramírez y Ariel Landeros, 2010: 96).

Al contrario, paulatinamente, el idioma pertenece al patrimonio del país, no sólo por el número de los hablantes, sino también por el entusiasmo con que los estadounidenses aprenden la lengua. Dicho entusiasmo se refleja también en las fiestas hispánicas, que ya constituyen una parte de la vida estadounidense, rompiendo las barreras culturales y demostrando que la lengua es vehículo de la cultura. Anualmente se rinde homenaje a esa seña de la identidad americana, tanto a niveles oficiales del gobierno federal, como del estatal. Las fiestas rinden homenaje especial a la tradición hispana.

Se celebra cada año la Semana Nacional de la Herencia Hispánica, del 15 de septiembre al 15 de octubre, que se inició en 1968 bajo el Presidente Lyndon Johnson. Poco a poco, la celebración ganó peso, tras su promulgación como ley en 1988. Los presidentes entre los que se cuentan Nixon, Ford, Carter, Reagan, George H.W. Bush, Clinton, Bush, y Obama, emiten proclamas anuales en reconocimiento a las contribuciones de la población hispana. En EE.UU. se observan también los esfuerzos de algunos de ellos por emitir comunicados en español.

Añadimos las celebraciones del Cinco de Mayo, la fiesta del día de la Nacionalidad puertorriqueña en Nueva York, y la fiesta de la Calle Ocho en Miami; y se puede concluir que la identidad americana se entrelaza con el español, ya que todas las celebraciones demuestran la cultura de los países hispanohablantes y, por ende, de la lengua española.

Es importante también destacar la publicación de la Enciclopedia del Español en los Estados Unidos en 2008, por el Instituto Cervantes, que no sólo es un homenaje a esa mezcla de distintas variaciones regionales, sino que proyecta el orgullo de la herencia e identidad de los hispanohablantes en EE.UU.

La situación del español en EE.UU. nunca ha sido tan buena como en la actualidad. Y su reconocimiento como lengua global e internacional da un impulso a su difusión en Estados Unidos y en el resto del mundo.

La situación lingüística en la sociedad estadounidense ha acabado con el monolingüismo en este siglo. La lengua española ha logrado el puesto que

ninguna otra lengua de inmigrantes jamás ha alcanzado; ni siquiera el alemán, ni el francés ganaron tal difusión y aceptación, de tal manera que sus culturas y lenguas formen parte del patrimonio de la sociedad estadounidense, como ha conseguido el español.

El mapa no es del trabajo anterior, procede de Laughing Squid,Edw Lynch


España en EEUU. Regularización de inmigrantes. La fuerza de lo hispano

Que acomplejados vivimos nuestra historia. Durante el proceso secesionista he escuchado a mucha gente maldecir por lo poco democráticos que éramos los españoles, en comparación con los británicos, ya que ellos fácilmente accedían a las peticiones de negociar un referéndum en Escocia. Hace una semana se lo volví a escuchar en TV a un líder de ERC.

Por supuesto resultaba ridículo tener que recordar que en el Reino Unido existe todavía una Cámara de los Lores que nadie elige, los cargos de sus señorías son hereditarios. Tan triste como constatar que la nueva autonomía que Cameron ofrece a Escocia en el final de la campaña para inclinar la balanza al unionismo, dicha promesa de autonomía se encuentra alejada de la que ya disfrutaba Cataluña muchos años atrás… sin olvidar tampoco que en el Reino Unido las desigualdades y clasismo dominante en todos los sectores públicos, Parlamento y Gobierno, Enseñanza… es superior al que puede visualizarse en España. Resulta esclarecedor leer ‘Chavs’ de Owen Jones, editorial Capitán Swing, y comparar situaciones.

El problema, con serlo, no es que ERC manipule lo que crea conveniente para realizar agitación y propaganda, el mayor problema es constatar la extensión entre españoles no azules de ese complejo de inferioridad al compararnos con otros países, en democracia, corrupción, desigualdad, libertades,… de los que habitualmente se destaca solamente un aspecto más favorable en los otros, sin pararse a comparar más ampliamente. Y siempre es posible encontrar en otros lugares una mejor condición de algo, pero a nada que rasquemos encontraremos otras peores.

Los mismos complejos se han producido al mirar nuestra historia, sea la reciente, -ilustración, fascismo- o la antigua, -colonización americana-. Muchos españoles creen que descubrimos América, pero solo en el Centro y Sur, mientras ingleses y franceses colonizaron el Norte. Todavía no saben que los descubridores de América pudieron ser los vikingos mucho tiempo antes, pero desconocen también que los primeros europeos que pisaron los actuales EEUU fueron españoles, ocupando el sur de los posteriormente llamados Estados Unidos, Florida, norte de México, California…

En las campañas de elecciones en EEUU cada vez tienen mayor importancia el peso de los hispanos. El Presidente Obama está a punto de modificar una legislación relativa a la regularización de mas de cinco millones de inmigrantes, en su gran mayoría hispanos; estos movimientos tienen mucho que ver con lo que se cuenta en este post y el anterior sobre el peso e importancia de lo español en EEUU. Como dicen esos inmigrantes, ‘’nosotros somos ilegales porque ustedes movieron la línea más abajo, pero estas eran nuestras tierras a las que llegaron ustedes muchos años después. ’’

No se trata de presumir que aquello fuera español, -para empezar sería de las Coronas y los Alba de turno- allí había nativos indios y población mexicana, además, los estados, aquella España, no eran lo que fueron después; aquellas tierras se las apropió la Corona Española, nada muy diferente a lo que hicieron ingleses, franceses, holandeses, alemanes, belgas, etc. por todo el mundo. Algunas diferencias fuimos descubriendo posteriormente, los indios americanos fueron más exterminados en las zonas dominadas por ingleses y tratados con mayor respeto en las zonas españolas, como prueba su existencia física en mayor número y porcentaje. Por supuesto los españoles llevaron enfermedades, virus, bacterias y represión a América, lo cual disminuyó brutalmente la población, de México por ejemplo.

Causa asombro que durante muchísimos años se hubiera extendido por todo el mundo que los ingleses, y franceses, fueran los fundadores y descubridores de EEUU para los europeos, -ya se supo que los vikingos y asiáticos entraron muchos años antes-. Los españoles parecía que habían limitado sus movimientos al Centro y Sur de América. Pocos libros, poco reconocimiento público, pocas películas… cuando la mitad de EEUU tiene señales españolas desde 1500, mucho antes que llegaran los ingleses.

Buena web hispanista en EEUU . De esa web su página de mapas procede el siguiente: