El
PSOE muestra uno de sus males, el agotamiento de su gente está pidiendo a gritos una
gran renovación, -también los comunistas de IU- el agotamiento del modelo de
partido es visible desde los cambios producidos en la mitad de los noventa que
le han traído hasta aquí con sus militantes instalados en éxitos del pasado, y desconectados
de la sociedad. Ejemplos y claves concretas desarrollé en el libro El agotamiento del PSOE. Interesa resaltar el problema global de las
izquierdas y su incapacidad de frenar a la derechona, y elaborar un proyecto de
futuro.
Socialistas, comunistas, verdes,… partidos y organizaciones tradicionales han mostrado su incapacidad para aglutinar una resistencia, un proyecto común para millones de españoles; de seguir como hasta ahora, las rupturas y desafección con opciones progresistas aumentan, no solo socialistas, porque los resultados en la solución de problemas no acompañan por lo que cada día aparecerán nuevos intentos, rupturas y dispersión. Las transformaciones necesitan lucha en la calle pero también en el Parlamento, presión y cambio legislativo; el poder político es necesario para construir sociedad y eso significa millones de votos concentrados.
Socialistas, comunistas, verdes,… partidos y organizaciones tradicionales han mostrado su incapacidad para aglutinar una resistencia, un proyecto común para millones de españoles; de seguir como hasta ahora, las rupturas y desafección con opciones progresistas aumentan, no solo socialistas, porque los resultados en la solución de problemas no acompañan por lo que cada día aparecerán nuevos intentos, rupturas y dispersión. Las transformaciones necesitan lucha en la calle pero también en el Parlamento, presión y cambio legislativo; el poder político es necesario para construir sociedad y eso significa millones de votos concentrados.
Ahora los socialistas son incapaces de volver a actuar como aglutinadores sociales con
capacidad de gobierno, y el sueño de IU de convertirse en nuevo aglutinador, le lleva a construir una nueva opción socialdemócrata que no parece posible consolidar, si los socialistas despiertan, -no hay lugar para dos opciones similares- su ascenso en votos tampoco será fácil de mantener, cuanto mas necesite como opción de gobierno, mas centrado tendrá que ser su mensaje simultaneando bases comunes con los socialistas y además muchos votos los perderá por su izquierda. Que recalen decenas de miles de votos desafectos en una u otra opción, no será suficiente para conquistar mayorías de gobierno. Las minorías son necesarias, importantes y útiles, pueden empujar y mantener despiertas a las mayorías, pero, muchas minorías sin una mayoría consolidada serán poco eficientes, obteniendo pobres resultados para amplias mayorías de población.
Cualquier partido aglutinador progresista necesita al menos una decena de millones de votos, que hoy se les niegan y no obtendrán sin una gran renovación de militancia y
funcionamiento, que incluya los grupos de gente nacidos con la desafección partidaria por no cumplir sus expectativas, por sentirse engañados, por sus mil
errores, por su hartazgo con la crisis, la corrupción, el compadreo, por los enormes
cambios producidos en las bases sociales etc. etc. es el turno de hablar
de grupos situados más allá de los tradicionales que quieren participar en política, ser protagonistas de su
destino y no les dejan… Las estructuras partidarias que antes se adapten a la nueva
situación incorporando savia nueva, serán las que antes puedan considerarse grandes
aglutinadores de las bases sociales de la resistencia progresista.
El
asunto va por varios caminos:
1 1) Existen
miles de activistas fuera de partidos y sindicatos, se mueven y funcionan con
distintos niveles de compromiso y organización. Están vivos, insertos en
barrios o colectivos, y trabajan socialmente en distintos entornos, con
diferente ideología, distintas pautas y objetivos y a pesar de las dificultades
y carencia de medios demuestran con su existencia que una parte de la sociedad
está viva y los partidos no tanto.
2) Esos
grupos y activistas, son necesarios, en el pasado, 40 años atrás, muchos individuos similares a los citados, que eran
llamados antisistema, configuraron la sociedad española en que hemos vivido,
contribuyeron a crear y mantener el sistema democrático estos 35 años. Hasta
que se agotó sin adaptarse a las nuevas realidades, en las que otros deben
retomar la tarea, pero casi con seguridad habría que aceptar que muchos de los
creadores de la sociedad que viviremos saldrán de estos movimientos de
indignados y mareas ciudadanas, unidos necesariamente a los antiguos que
acepten compartir.
3) Es
necesario unirse en grupos de muy superior tamaño para poder influir con mayor
capacidad, formando coaliciones o agrupaciones, que lógicamente perderán pureza
ideológica a costa de lograr mayor influencia política. Grupos, partidos, y
activistas convivirán y para ganar efectividad tendrán que reducir su número
agrupándose en unidades mayores, partidos y coaliciones con diferente
funcionamiento democrático a los actuales, que necesariamente tendrán que
adaptarse para sobrevivir.
4) En
el sistema parlamentario español, se necesita una decena de millones de votos
para tener suficiente peso parlamentario que pueda influir en leyes de
aplicación global. Sin incorporar electorado centrista y políticas
progresistas, aproximarse a esa cifra es dificilísimo, e impensable pensando en
apoyarse solo en las llamadas políticas de clase sugeridas por algunos
extrema-izquierdosos, además de inadecuado.
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