Aquellas
condiciones de funcionamiento de grupos que existían en la clandestinidad, no
son útiles hoy, amén de no ser aceptadas, como tampoco las costumbres posteriormente
practicadas de construir fronteras insalvables entre los aparatos y militantes,
o la militancia y los simpatizantes, la ciudadanía pretende una relación más
participativa y decisoria, que ni siquiera queda reducida a unas primarias, se
pretende una relación electores/elegibles con mayor democracia, no se conforma
con votar y punto, se trata de tener capacidad de intervención de los
representados sobre los representantes, ya no son entelequias de unos cuantos
sujetos sino prácticas sociales de decenas de miles de personas que se mueven
por muchos rincones y que los socialistas no están consiguiendo aglutinar.
No
se trata solamente de sus errores en el diagnóstico de la crisis, también de
los errores en la gestión y las políticas anti-crisis, se entiende que muchos
de esos errores fueron cometidos como consecuencia del alejamiento de las
élites o aparato socialista de sus bases sociales. Por eso es muy pobre la
información posterior que da el PSOE sobre el reconocimiento de errores
pasados, porque siguen sin enterarse de que la ciudadanía se siente marginada y
no acepta que la marginen. Supuestos representantes, cargos electos y
responsables diversos en todas las instancias de la vida pública, sin
acompañamiento ciudadano, tienen demasiada facilidad para entrar y salir por
las puertas giratorias de poder político y económico.
Escribe
Juan José Millás, ‘No dimitir’: …Escribir
como el que conduce un todoterreno por la selva. Atarse a la silla y no cejar,
no renunciar, no entregarse al agotamiento provocado por la corrupción
omnipresente; no renunciar a leer la letra pequeña de la podredumbre general,
llámese Blesa, Rato, María Tardón, Ignacio González, Gürtel, Esperanza Aguirre;
trátese de los cursos de formación no dados en Andalucía o en Madrid, del
agotador caso de los ERE… Escribir y avanzar, mientras escribes, por las
cloacas del Estado. No rendirse ante los sumarios de 1.000 folios, de 200
tomos, de 40 gigas de memoria. Preguntar por escrito cada día qué fue de los
consejeros de Caja Madrid que representaban a UGT, a CC OO, al PSOE, a IU.
Escribir como el que mea sobre la guarida del grillo, para que salga fuera y
cante. Escribir para que nos expliquen qué hacían allí, cuánto cobraban, por
cuánto los compraron, por qué cantidades se dejaron vender, que nos expliquen
si han vuelto a sus organizaciones y cómo han sido recibidos en ellas…
Reconocer
en un comentario de dos frases, que los ciudadanos echaron al PSOE, es insuficiente
para entender y corregir, por evidente, dice lo que todo el mundo vio, pero no
sugiere el por qué; varios miles de electores retiraron su confianza en el PSOE,
pero, ¿por qué lo hicieron a qué se debió? ¿Quiénes se fueron, los de izquierda
o los de centro? Yo creo que abandonaron votantes de todos los sectores,
engordaron a PP, IU, UPyD, abstención, blanco y nulo. Es necesaria una
aclaración desde su óptica, de por qué creen se perdieron tantos votos, porque
sin un análisis convincente no queda claro que estén de acuerdo en lo ocurrido
ni ellos mismos.
Ni
siquiera parece entendible para los socialistas y si no lo entienden será
imposible iniciar una senda de cambios para derrotar a la derecha. Eso es lo
que podemos interpretar de las encuestas que vamos conociendo, a pesar de la abultada
caída del PP, no se vislumbra una posibilidad en las izquierdas suficiente como
para derrotarlo, el PSOE no remonta, y no lo hace entre otras razones porque
sigue sin haber un discurso colectivo, de sus militantes y partido,
suficientemente diferenciador de otras opciones y creíble para sus bases
sociales. ¿Qué paso en las legislaturas de Zapatero, por qué no vieron la
crisis, por qué actuaron de aquella manera, no había otras opciones? Y lo que
es más importante, ¿alguien cree posible cambiar las actuales políticas
anticrisis sin una gran coalición progresista? ¿En serio sueñan con crear una
gran fuerza progresista, sin modificar los mecanismos de funcionamiento
democrático, de participación, deliberación y decisión?
‘’A
quien únicamente le ofrecen nuevos libros parecidos al que compró, no se le
abren nuevas posibilidades. Y, claro, el que no conoce otras opiniones, ni
réplicas a las suyas, en realidad no puede ni siquiera ponderar el valor de las
propias. No se demanda lo que se ignora y se ignora aquello que está fuera del
horizonte dibujado por mis elecciones anteriores, por mi trayectoria hasta aquí
mismo. ’’ ¿Idiotas o ciudadanos? Félix
Ovejero Lucas, Ediciones Montesinos.
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