domingo, 11 de septiembre de 2011

Las subvenciones van por todos lados

En la polémica sobre los libros de texto, algún lector comentarista se detiene en el tema de las subvenciones que representan dichos libros. A partir de las consideraciones generales que he volcado anteriormente sobre el tema enseñanza, libros de texto, puedo opinar dos cositas sobre los comentarios que me ha sugerido algún ‘abuelo’, referentes a las subvenciones o los que he leído en otros medios.

1) Comprendo el desasosiego que tienen algunas personas por las subvenciones que perciben algunos y no ellos. (Si miramos bien, todos percibimos alguna) De verdad, entiendo que a veces produce cabreo ver que en situaciones de crisis algunos se llevan más ayudas que otros. Es un problema a estudiar y discutir, al margen de la enseñanza, si los más necesitados necesitan más ayudas.

2) Otro aspecto diferente sobre el tema subvenciones es el de quienes las perciben, si hay derecho, como dicen algunos y por qué. Ligado con ello es necesario ampliar el círculo de visión de cada uno que critica y mirar más lejos, la suyas y las otras, las de unos y otros…Y además del concepto subvenciones, considerar los dos conceptos relacionados, el de exenciones y concesiones. Realmente significa que parte de lo público pasa al sector privado, bien porque se entrega, dinero que sale, o bien porque el Estado acepta dejarlo de percibir, dinero que tenía que entrar a las arcas estatales y no entra. O bien porque el Estado concede graciosamente a alguna empresa, una concesión, por ejemplo de ondas para una emisora de televisión, en vez de venderla al mejor postor por lo que entrarían ingresos a las arcas públicas.

3) En España existe un aluvión de subvenciones y exenciones y concesiones; a los ricos a través de menores impuestos relativos, (menores tipos impositivos) o de sociedades como las SICAV, a la banca, ayudas para reflotarla, a las empresas por decenas de circunstancias, a clínicas médicas, colegios privados, congregaciones, Iglesia Católica, ONG’s. Subvencionamos grandes empresas y autónomos, exportaciones y producción, agraria e industrial, comercio y transporte... Hay subvenciones para calderas de calefacción, electrodomésticos, interruptores de luz por detectores de presencia, ascensores, aspectos de rehabilitación de casas, compraventa de pisos, ventanas aislantes, coches, y un largo etc.

4) Muchas de las ayudas lo que hacen es engordar los precios y por tanto finalmente van destinadas a manos empresariales, el sumun serían los precios de la electricidad que pagamos al mayor costo de producción posible, lo cual equivale a subvencionar al resto de grandes empresas generadoras que producen más barato, o subvencionamos a las hidroeléctricas por concesiones graciosas del agua de todos los españoles regaladas hace muchos años por Franco y que siguen manteniendo en vigor.

Subvencionamos partidos, sindicatos, patronales, patronos afines, empresas afines, amigos afines (Gürtell da una buena y variada lista, al margen de legalidad o delito), subvencionamos películas, medicamentos, alimentos, cadenas de televisión, (una concesión a una emisora en volumen de dinero es superior a miles de subvenciones), también reciben fundaciones como la FAES de Aznar, o la Francisco Franco, o las otras, pues claro. Subvencionamos peajes de carretera a las grandes empresas de autopistas, billetes de metro a los papistas, o billetes de transportes en general a determinadas poblaciones, gasoil de pesca y de transporte a camiones y autobuses, subvencionamos economatos y servicios médicos, residencias vacacionales y viajes, etc. a las fuerzas de seguridad y militares. Y etc. etc.

La lista de subvenciones es tan grande que si a alguien le interesa el tema debe prestarse a estudiarlas buscando por los presupuestos y rendijas no solamente del Estado Central, también de las Autonomías, de las Diputaciones Provinciales y de los Municipios, y no fijarse solo durante las etapas de gobierno de un color y no señalar con el dedo solo aquellas dos o tres que más rabia le dan.

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