viernes, 23 de septiembre de 2011

Alrededor de la muerte. Adiós Paco

Que todos tenemos que morir es una verdad científica irrefutable, pero este hecho tiene un tratamiento en nuestras cabezas y corazón diferente, dependiendo de la edad y las circunstancias. Aceptar de joven que la vida y la muerte forman parte de lo mismo, que son dos caras inseparables de la misma moneda, está bien, pero no te revuelve el estómago.

En la juventud, la muerte se ve lejos, no se percibe nada más que como algo que ocurre, una opción teórica, para otros. No digo que los jóvenes no reflexionen sobre el asunto, porque sí lo hacen. Yo mismo tengo escritos algunos pensamientos sobre la muerte en mi juventud, con sobrecarga de intelectualidad. Nada que ver con la sobrecarga emocional cuando al cabo de los años, en la madurez, uno se enfrenta a la muerte del padre.

Durante el transcurso de la vida, digamos que te vas preparando para asumir tu papel en cada momento y poco a poco. Todo se hace lentamente (salvo accidentes o guerras), como trabaja la naturaleza en todas sus dimensiones, lentamente vas madurando para ser padre, aceptando vivir la vida en un nuevo escalón más alto. La naturaleza sigue su curso y llegarás a ser abuelo, otro escalón. Quien me iba a decir a mis 20 años que algún día tendría 60, nunca lo imaginé, los veía en otros, no en mí.

Por el camino has ido viendo como algunos familiares y amigos, conocidos y gente cercana, se han ido quedando, muriendo, gente de tu generación han caído en accidentes, aunque siempre alarman más los que desaparecen por enfermedad. Hemos ido asumiendo distintas responsabilidades, de padre, abuelo, hijo. Hay escalones en los que asumes cuidar a los hijos y a los nietos y por arriba a las madres y padres. Cuando los mayores desaparecen y en esa escalera no hay nadie más hacia arriba, cuando asumes los escalones más altos, la muerte ya tiene todos los componentes, teóricos, racionales, emocionales. El miedo que hasta ese momento estaba dando tumbos, escondido, sin aparecer claramente, de repente ocupa primeros planos.

Y comienza a lucharse en una nueva pelea. Algunos utilizan la religión, otros la razón, pero todos los seres humanos se enfrentan a situaciones parecidas y cada cual se dota de un esquema para continuar esos tramos de vida. Luego cada cultura tiene formas diversas, desde aquellos ancianos orientales que se van al monte a morir cuando ellos creen ser un lastre demasiado pesado para sus familias, hasta los occidentales anglosajones que utilizan las residencias a modo de monte oriental, o los occidentales latinos que utilizan las casas familiares y empiezan a proliferar las residencias.

Cuantas veces pasa uno con el coche y dices ¡fiuuu! Por qué poquito ese camión no me arrolló. O ves montones de accidentes de tráfico que se producen por un descuido, dejando al margen las imprudencias deportivas, submarinismo, escalada, aire, o los accidentes sugeridos por excesos de drogas o alcohol.

Realmente la muerte deja de darte miedo, cuando te das cuenta de que en un instante se acaba todo Aceptas que el pase de una situación a otra puede ser inapreciable para el que se va. Diferente para los que se quedan, que ven todo, lo anterior y posterior. Y llegas a la conclusión de que lo realmente grave es el sufrimiento, el dolor y a otro nivel la decrepitud, la soledad, miseria, enfermedad.

Un amigo muere por cáncer, metástasis ampliamente extendida y múltiples órganos fallan. Los médicos saben que aquellos órganos no tienen reposición y de acuerdo con su explosión y extensión por el cuerpo son capaces de prever el camino de extinción de ese ser vivo. Uno se pregunta cómo diablos lo vivían antiguamente, con fortísimos dolores y largas agonías que torturaban a pacientes y familiares (Recuerdo abuelos y viejos hace 60 años). Hoy es inadmisible que una persona tenga aquellos dolores y no hagamos nada por evitarlo. Y así en los hospitales es común el uso de calmantes, morfinas, para mitigar los dolores.

Los profesionales de la medicina conocen con bastante exactitud cuando aquel ser vivo morirá, a partir de la muerte de varios de sus órganos o uno vital y así en la medicina española está instalado el criterio de llegar a la fase terminal sedado, dormido. En general se toma la decisión de caminar en suave transición de ser a no ser, cuando previamente se ha comprobado que es imposible vivir, cuando se está completamente seguro de que es cuestión de días, de alto sufrimiento para el enfermo.

Un pequeño grupo de personas ultrareligiosas, por tanto alejadas del racionalismo, defienden que las personas sean torturadas en su tránsito de vida a muerte, basándose en que su Dios murió de esa manera, (Jesús murió torturado). El problema es que no lo piden solo para ellos, quieren que todos los seres vivos mueran de la misma forma. Allá ellos con su cuerpo, pero dejen al resto en paz, incluso una sociedad civilizada no debería permitirlos ejercer de torturadores con sus familiares, no hay derecho a que alguien muera con dolores cuando se puede evitar.

A todo esto, la vida sigue, porque la vida es muy superior a cada uno de nosotros, lo cual no es ningún consuelo personal, solo una constatación y además de que muchos componentes del universo seguirán por miles de millones de años, resulta que aquí, los genes siguen su curso reproduciéndose instalados en otro cuerpo, otra persona, dando continuidad a un ramal de vida humana.

Una vez muerto no sirven para nada atenciones, lamentos y rezos. Todo lo que quiera hacer por otras personas, hágalo cuando estén vivas, luego de poco vale.

Si quieren recuerden, Escondidos tras la libertad de expresión, sobre el tema morir sin dolor.

2 comentarios:

  1. De parte de Mari Cruz y de Miguel

    Suponemos que hablas de algún conocido, de alguien a quien tenias cariño y que has visto su evolución y lo que entorno a él le ocurria.
    Sólo nos queremos quedar con unas palabras que tu dices y que son muy reales, LO QUE QUIERAS HACER POR LAS PERSONAS, HAY QUE HACERLO CUANDO ESTEN VIVAS....luego de poco vale.
    Cuantas veces hemos lamentado aquello de...si volviese a hacer, si tuviese otra oportunidad de poderle ver.

    saludos muy fuertes

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  2. Efectivamente. A mi me pone un poco malo ver atenciones posteriores. Gentes que no han estado cerca en los últimos años de la vida de una persona, aparecen después.
    Y conste q entiendo que en la vida hay etapas y personas q están mas cerca en unas etapas y desaparecen en otras. Q hay personas importantes durante un gran tramo, q en el último tramos de la vida no aparecen. Lo entiendo perfectamente.
    Pero nadie puede remediar después de...lo q no hiciera antes.

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