Una parte de las respuestas que suscitaría inicialmente mi post de ‘Salvemos el CREA’ esperaba que serían las del ‘ya lo decía yo’, en cualquiera de sus formatos. Era lógico. Por eso de entrada el post contenía una mención a la historia de la humanidad en donde cuando algunos van con el ‘ya lo decía yo’ otros volvíamos con el ‘ya lo decían millones de individuos antes que nosotros’.
Lo cual no es un consuelo para nadie. Pero verán ustedes, todo el mundo sabe que los seres humanos roban y matan desde el principio de los tiempos, y no por ello, los ciudadanos, dejamos hoy de denunciarlo e intentamos exigir a nuestros representantes, que detengan y lleven a juicio a los culpables. Y a pesar de que sabemos que continuará pasando, los ciudadanos, no debemos dejar de hacerlo atrincherados en el ‘ya lo decía yo’.
Lo que intento decir, con la mejor de las intenciones, es que aún suponiendo que fuera previsible lo que luego ocurriera, la ciudadanía debe intentar salvar elementos de convivencia y no abandonar en la exigencia de respeto a lo común a sus cargos institucionales, porque retrocederíamos al principio de los tiempos. Y créanme, tengo la mejor de las intenciones no por un espíritu de ‘bondad humana’, sino por rentabilidad.
Y por civismo, no suplico, exijo a nuestras autoridades que realicen su función de preservar el patrimonio común, les pagamos para ello, por civismo informo a mis conciudadanos de una situación creada que puede empeorar bastante. Lamento que algunos no entiendan la diferencia entre una postura ciudadana que implica intereses comunes y los particulares deseos, pero este ciudadano que escribe, no busca culpables, mi espíritu laico prefiere buscar soluciones al problema de cada momento, en este caso, el abandono de un patrimonio colectivo del pueblo de Alcorcón, cuyas autoridades son las encargadas de protegerlo.
Salvar el CREAA en su aspecto físico es más conveniente para todo el pueblo que dejar que se destruya. Porque conservar y defender nuestro patrimonio siempre será más rentable que perderlo. Los bienes que son de todos, ya están terminados (casi), los edificios están en pie y nos gusten más o menos, su salvación es mejor para los alcorconeros que su abandono.
Claro está que el proyecto no son los edificios solamente. En principio yo abogo por evitar la destrucción de lo material, de la inversión realizada, proteger los edificios que si quedan abandonados serán pronto pasto de la rapiña. Por eso planteo que las muchas escuelas e instituciones vinculadas al mundo del arte que existen en Alcorcón se ubiquen en su casa y ocupen los edificios que es una manera de protegerlos de desalmados. Y si la UTE de empresas que los construían se ofrecieron a terminarlos dejándolos operativos, se estudie para recibirlos en las mejores condiciones de salvamento posibles.
El proyecto es otra cosa, además de los edificios. Eso lo sabemos todos, a pesar de las pocas explicaciones y debates tenidos sobre el mismo y algo de envergadura tan grande necesitaba de más palabras previas en sus momentos iniciales. En cualquier caso ya es hora de entender que algunos estamos a favor del mismo y otros no, como sucede siempre con todas las cosas, hay detractores alcorconeros, que tienen sus razones para no apoyarlo, como deberían entender que otros tengamos las nuestras para defenderlo.
Luego están como enemigos del proyecto el actual equipo de gobierno municipal del PP que ha manifestado en múltiples ocasiones su opinión absolutamente contraria al mismo, por lo que no se me ocurre pedir que lo pongan en marcha. Eso solamente lo podrá impulsar quien lo ame y entienda perfectamente las oportunidades que puede generar para este pueblo. Bien, ésta será la parte de futuro, pero conservar los edificios que ya están hechos es el presente, impedir que los roben y desguacen es obligación de las autoridades de Alcorcón, les guste o no el proyecto, porque son bienes comunes propiedad de todos los vecinos del pueblo.
viernes, 11 de noviembre de 2011
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