El miércoles en televisión, La 1, hubo un debate con los dos líderes de los sindicatos CCOO y UGT. Pude apreciar en ellos un discurso mas elaborado y didáctico sobre la crisis que en los periodistas.
Mucha sensatez en lo que decían, aclaraban de forma sencilla cuestiones complejas ante las preguntas a veces malintencionadas de los periodistas, empecinados como otros, en que hagan un llamamiento a la huelga general. Contra el gobierno, claro, no contra los empresarios.
Francisco Marhuenda, director de ‘La Razón’, hombre prudente en sus maneras, dice muy sorprendido que ‘’ésta del día 12 es una huelga insólita, contra los empresarios’’. Manifiesta el sentir de la derecha española, quisieran ver enfrentamientos entre sindicatos y gobierno. El viejo ‘’quita tu que me pongo yo’’.
Insólita contra los empresarios? Pero si eso es precisamente lo normal. Las huelgas nacen como recurso obrero contra los empresarios, para con esa acción contraponer el dinero que deja de ganar la empresa con el que puede costar la reclamación de los trabajadores. En principio se trata de un conflicto de intereses entre dos partes relacionadas ya que la una obtiene beneficios del trabajo de la otra, calculará si aceptar las reivindicaciones generará beneficios futuros.
Explicaron que al PSOE le han hecho 3 huelgas generales y al PP 1. Que las causas fueron siempre defender derechos que iban a ser eliminados en sendas crisis y que ahora hay intencionalidad manifestada por el gobierno de no quitar derechos.
Por qué hablan de las CCAA y no critican solo al Gobierno? Pues, porque tienen competencias, industriales, comerciales, de fomento de empleo, porque se coordinan poco con el Gobierno de España, incluso alguna boicotea medidas.
Sobre la reforma laboral, recuerdan que ha habido 5 desde la Constitución, detrás de cada crisis, una reforma, y no han resuelto el problema del mercado de trabajo y los desequilibrios productivos. La reforma laboral los empresarios la unen a despido libre, menos dinero y sin tutela judicial. Los sindicatos quieren aumentar contratos con menor precaridad y defender la negociación colectiva que redistribuye mayor riqueza que la política fiscal.
Los contratos precarios impiden la formación de los trabajadores y su compromiso con el futuro y evitan inversiones en mejoras productivas y en I+D+i. (Investigación, Desarrollo e innovación).
Nuestro modelo económico está excesivamente concentrado en sectores críticos, (un cuarto de nuestro PIB procede del turismo barato y del sector inmobiliario, una barbaridad). Nuestra economía no puede seguir compitiendo en precios bajos, basada en energía barata, suelo barato, dinero barato, que ya no existirán y sobreexplotación del trabajo con bajos salarios, con otros competidores como países del Este de Europa y Asia.
Tenemos a escala país, muy pocas empresas grandes y medianas y excesivo número de pequeñas, lo cual supone un lastre para mejoras de productividad, y para inversiones en I+D+i que rentabilizan las empresas grandes.
Resultó corto el debate.
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Duro trabajo el de estos compañeros.
ResponderEliminarYa que me has comentado que te sientes igual de indignado que yo por la corrupción, te dejo este enlace por si es de tu interés.
http://www.unodc.org/yournocounts/es/index.html
Saludos