Durante
años denuncié las maniobras que practicaban sobre la deuda de Alcorcón. El eje central de mi tesis era que hay que mantener
criterios de homogeneidad en las comparaciones para tratar cualquier asunto, y
eso porque será imprescindible para aclararlo y resolverlo. De hecho, solo
explicando y aclarando al máximo, se muestra verdadero interés por el problema, requisito imprescindible para encontrar soluciones.
Lo demás es farfolla, lío, algaradas propias de bandas juveniles, pero no de
gente seria y que debería ser respetuosa si se dedica a la política o la
información.
Durante largo tiempo se escamoteó la realidad de otras administraciones, si
durante meses y años se sigue con el raca
raca, habrá que pensar en la mala fe y en la ignorancia, ambas causas deberían
descalificar para escribir en medios de prensa o para gobernar parcelas de la
administración pública. No es posible obviar que parte de los problemas que
tenemos con la crisis económica y política son debidos a un abandono moral en las
cúspides financieras y también en políticos, pero no olviden la falta de ética y
mala fe de los generadores de opinión, que ocultaron la realidad y siguen haciéndolo
hoy; siempre que favorezca a su equipo, a su gente, a sus protectores o
protegidos.
En
España se ha gastado mucho, por las empresas privadas y por los bancos y por los particulares. Se han
apalancado en exceso, han gastado lo que no tenían pidiendo préstamos, en busca de enormes
beneficios, que algunos obtuvieron y sacaron de España durante años, eso y
no otra cosa se ve en los beneficios que hoy logran multinacionales
españolas que trabajan por el mundo, para ellos, no crean que vemos un
céntimo. A partir de la hecatombe la Administración pública entró a socorrer,
hoy la deuda pública es un enorme problema, junto con la privada.
¿Cuándo
gastar mucho, puede considerarse excesivo?, en el momento que el servicio de la
deuda acogota y frena la posibilidad de crecimiento. Cuando los intereses de la
deuda impiden beneficios y paralizan la actividad. Esta es una de las
variables que está aplastándonos a escala país, entre otras cosas. No se puede
presumir por esconder el problema bajo la alfombra con más créditos e intereses,
no lo resuelve y puede agravarlo, tanto en Alcorcón, como en España. Ahora que
estamos en una situación irrepetible de bajos tipos de interés, nos cuesta al año 35.000 millones de Euros el servicio de la deuda española, imaginen cuando los
tipos empiecen a subir. Y lo harán a medio plazo. Se habrán percatado de que la
cifra de intereses ANUALES que pagamos, es similar a los recortes que pretenden
conseguir con la ‘reforma’ de las pensiones en VARIOS AÑOS. Por si no queda suficientemente
claro, a los pensionistas nos van a quitar unos 33.000 millones, según sus
propios cálculos, para eso hacen la reforma.
Parece
indudable que habría que recortar gastos y hacer reformas profundas, pero no se
engañen, las reformas en tantas cosas importantes no se están haciendo, solo se
cambian algunas cuestiones para adaptarlas a su particular ideología
partidista, para beneficiar a los ricos, a las corporaciones, a los intereses
financieros, ni siquiera a los intereses productivos, y los tijeretazos se
realizan sin ton ni son, o mejor dicho, tijeretazos para recortar beneficios
sociales, -el objetivo es reducir el salario indirecto- no están pensados para
recortar gastos superfluos, improductivos. Y ¿por qué, reformas y recortes,
ambos muy necesarios no se están haciendo? Porque serán imposibles sin amplios
consensos, ya que para que fueran efectivas, tendrían que ser estables y
duraderas y repartir los costes y esfuerzos, las reformas deberían ser
planificadas, consensuadas con todos los agentes sociales, entre los partidos
políticos, sindicatos, empresarios… porque los recortes necesarios solo podrán
realizarse si todos los partidos y agentes sociales comprometen y deciden en
conjunto para no pensar que sacar beneficios añadidos partidistas serán mejor
que los beneficios sociales.
Esto
que parece sencillo comienza por tener desde el poder una postura inclusiva y
no pendenciera y excluyente y el poder lo tienen en diferente medida tanto un
alcalde como quien tiene la posibilidad de escribir en un medio de difusión. Si
le echo encima la deuda que tiene en el ayuntamiento y le sumo la de las
empresas públicas y en el resto de pueblos y administraciones lo oculto, estoy
generando crispación gratuitamente, porque no resolveré el problema. Bueno,
gratuitamente no, porque ganaré algo, unos votos y al poner a la gente en contra
de los otros, habré conseguido excluirlos un poquito de la vida social. Pero.
El
problema seguirá latente, no habrá resuelto nada ocultándolo, de hecho las
entidades o sociedades vinculadas con la Administración pública siguen
existiendo, con sus deudas correspondientes. Esto que salta a la cara de
cualquier interesado en estas cuestiones sin mirar demasiado, cuando se oculta
intencionadamente muestra una falta de ética en los individuos que lo practican,
por lo que deberíamos conseguir su retirada de la vida pública, ya que resultan
inservibles para resolver problemas colectivos.
No
seré yo quien defienda cerrar o suprimir las empresas públicas o los organismos
y entidades dependientes de la Administración, sin realizar estudios previos
sobre su capacidad de generar beneficios sociales. Muchos de ellos son
imprescindibles, pero está claro que deberían discutirse entre todos.
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