Balance de media legislatura. 3
Un apartado especial de la limpieza
es la guerra declarada por el Ayuntamiento contra lo que llaman vandalismo de la pintura. Merece un
comentario aparte respecto a la limpieza porque demuestra el talante y la forma
de ser y de abordar problemas de este equipo de gobierno del PP. Al tiempo de
mostrar su ineficacia en la resolución de problemas, como cualquiera pueda
comprobar por los pobres resultados obtenidos tras los esfuerzos realizados.
Han destacado equipos de pintores a
pintar paredes, borrando grafitis, pintadas, -equipos que también movilizaba el
anterior equipo municipal sin darse ningún pote, según atestiguan fotos
publicadas en este blog de esos pintores, en la seria de trabajadores en mi
barrio.- Las paredes quedan listas nuevamente, para ser emborronadas, van uno
tras otro. El resultado de borrar miles de pintadas, es que el pueblo sigue
teniendo las mismas de siempre, o dicho de otra forma, han fracasado y sin
posibilidad de vencer con sus métodos.
El tema de los grafitis, tiene
varias perspectivas para ser enfocado. Es normal que algunos vecinos solo vean
el aspecto suciedad provocado por unos chavales, y que hay que limpiarlo como
sea, lógico. Lógico en unos vecinos, pero no tan lógico en políticos
municipales y personas dedicadas a trabajar y estudiar la sociedad. Los signos en paredes, tienen aspectos,
de respuesta política, de expresión de ideas concretas o genéricas, de
intervención social entre comunidades, de identidad de quienes los realizan
para demostrar que existen y actúan en ese territorio, y algunos tienen
aspectos artísticos.
A uno le podrán gustar más o menos,
a mi particularmente no me gustan los burragatos,
que solo pretenden marcar, en zonas
infantiles, ni en locales públicos, etc. cuando se trata de mensajes y símbolos
políticos recomendaría entrar en la red para ganar efectividad, ya que hoy
cualquier persona puede expresar lo que quiera y darlo a conocer sin
limitaciones. Pero entiendo otro aspecto del asunto como es la importancia que tiene
transgredir la norma en cuánto impulsora de este comportamiento. No me gusta la
suciedad pero soy un admirador del arteen la calle –no lo duden hay arte en muchas ocasiones- y algunos de sus
buenos representantes que en muchas ocasiones mejoran gratuitamente espacios
urbanos y ponen gotas de humor e ironía en zonas deprimidas.
Como en todo problema, debemos
ampliar los puntos de vista. No me gusta la suciedad de pintarrajos en las
calles, y espacios públicos, pero tampoco acepto miles de impactos
publicitarios, como bonitos y denigrar otros como sucios, no puedo aceptar la mensajería inmensa que asalta las
ciudades y criticar sin freno otros mensajes, las ciudades son espacios de representación
simbólica gigantescos, en cada rincón, en cada esquina, en cada comercio, en cada
transporte. No acepto trato desigual, y aquí se da, entre los que ensucian
públicamente aceptados, con colores, anagramas, anuncios, avisos, letreros, marcas… y
ruidos, con fachadas desconchadas, muros lamentables, postes sucios, esquinas,
ruinas, puentes, túneles… y un sin fin de componentes urbanos plagados de carteles, anuncios, suciedad, desconchones que dañan la vista y la convivencia y no son perseguidos con la
misma saña.
No me gustan las pintadas con plantillas de muchas fachadas de
iglesias recordando a los caídos por Franco, o muchas placas conmemorativas de
calles y edificios, que siguen existiendo sin que las autoridades se sientan
aludidas a quitarlas. Las calles están plagadas de símbolos agresivos,
políticos, religiosos, ideológicos… allá donde mire, en cualquier lugar que me encuentre,
estoy rodeado de símbolos, muchos de los cuales son horrendos y ofensivos para otra
mucha gente, símbolos que las autoridades municipales y otras personas aceptan
y respetan, así que, ¿por qué ensañarse solo con los chavales?, porque creen que
son débiles y no se atreven con los fuertes y creen que les dará votos.
De ninguna manera se puede defender
la opción puesta en marcha por el equipo del Alcalde Sr. Pérez, movilizando a
la policía y el chivateo vecinal como recurso de limpieza, de guerra sucia contra
las pintadas. Durante un tiempo he visto carteles municipales con teléfonos
policiales en diversos lugares, en los que el Ayuntamiento pedía a los vecinos
llamar a la policía cuando vieran a un jovencito pintando.
Esto es una barbaridad. Además de un
error. Pero es que además es utilizar a la policía para algo distinto a sus
funciones que es preservar la seguridad vecinal. Esto es una metedura de pata
inmensa que dice muy poco a favor de quienes la impulsan que buscan con esta
medida mostrar su mano dura con los débiles, congraciarse con sus voceros y
palmeros, pero que demuestra una carencia de ideas monumental en cuanto a
afrontar problemas, muestra una desmedida atención a la represión, al ordeno y
mando como manera de resolución de conflictos y un machismo larvado ‘al ponerlos encima de la mesa y ver quien
los tiene más grandes’.
Destinar la policía a intentar
resolver el problema de las pintadas es matar moscas a cañonazos, supone
derrochar recursos, una ineficiencia tremenda en el uso del dinero público, es
DILAPIDAR RECURSOS COLECTIVOS como los policiales, con fines partidistas, que
en vez de destinarse a la seguridad vecinal, antirrobos domiciliarios,
antiatracos callejeros, contra la violencia… me resisto a poner la lista de
tareas policiales mejor que la de destinarlos a perseguir niños que manchan
paredes. Seguro que a un viejito le dicen que la poli perseguirá al niño que
pintó aquello y se pondrá tan contento, pero deberían contarle a continuación
que la misma policía mientras se entretenía con los niños ha dejado de vigilar
el parque donde pasean los jubilados, o su casa, y además no ha podido
investigar la corrupción, que afectará a su pensión y sanidad al ingresar menos
dinero el estado como consecuencia de la evasión fiscal. Porque los recursos
son escasos, la chulería no es un valor.
Otro post sobre pintadas
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