Germá Bel, catedrático experto en transportes de la Universidad de Barcelona, ex diputado, es autor de un gran libro ‘España, capital París’ recientemente editado por editorial Destino. Un buen resumen lo publicó en un artículo el día 8 de marzo en El País.
Lo esencial del libro y del artículo es la idea de que Madrid desde tiempo inmemorial, ha gozado de todos los privilegios y máximos apoyos gubernamentales en relación a cualquier otra zona de España para su desarrollo económico, político, cultural, etc. El telégrafo, el teléfono, la red de carreteras radiales, la red de ferrocarril radial, las modernas autopistas radiales de los últimos 25 años, la aviación comercial y militar, aeropuertos como Barajas, el de mayor deuda actual, y últimamente el AVE, aparecen como apuestas políticas del Gobierno de España para privilegiar Madrid y no tienen mayor justificación que privilegiar la capital a costa de otros territorios españoles.
Con el permiso de Esperanza Aguirre, que sigue quejándose con su acostumbrado populismo, de que el Gobierno del Sr. Zapatero no haya invertido nada en Madrid, el trabajo de Germá Bel, coincide en sus conclusiones con otro realizado por la Fundación BBVA y el IVIE y del que publiqué su presentación aquí hace tiempo, sobre las inversiones públicas en España, que demostraban que Madrid era la zona más privilegiada durante los últimos 100 años en cuanto a las inversiones públicas.
Como he escrito en otras ocasiones, parte de las ventajas de Alcorcón se deben a nuestra situación geográfica y a los privilegios centralistas en las inversiones públicas de los gobiernos de España. Sí, incluidos los del Sr. Zapatero, o alguien piensa que los AVES todos a Madrid, los túneles bajo la capital para conectar norte y sur por AVE, Sol, Barajas, alguien piensa que esas infraestructuras no afectan a la calidad de vida de los alcorconeros o que se montan con los presupuestos de la Comunidad Madrileña y no con los estatales. Ahora que llegan las elecciones es buen momento para separar el grano de la paja.
Los resultados de ese efecto inversor de los gobiernos centrales sobre Madrid es que facilitan su crecimiento económico y acumulación humana, porque desplazan empresas, recursos productivos, sociales y culturales, sedes centrales de multinacionales o grandes empresas, administración pública, sedes de conexiones internacionales, etc.
Es lo que tiene la democracia, que tarde o temprano aparecen datos que desmienten teorías falsas.
El artículo que publicó en El País:
Capital total, competencia desleal. GERMÀ BEL
miércoles, 23 de marzo de 2011
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