Elecciones 2014
La sociedad española está siendo destruida, se está destruyendo. Es un proceso que viene siendo visible desde hace años y que se ha acelerado con las crisis; la crisis económica, la crisis política, la institucional, la territorial… coincidentes en el tiempo con el cambio de siglo, e iterando entre sí con el cambio de época que supone la globalización, los mercados y los emergentes. Hay otra crisis producto de todas ellas, o quizás basamento de las mismas, la pérdida de moralidad y ética, probablemente sin ella no hubiéramos llegado a esta situación tan desastrosa. La corrupción se extendió como la espuma, y los inmorales sin escrúpulos se hicieron visibles por todas partes, pero lo peor no fue eso, sino su impunidad y el apoyo que les prestan millones de ciudadanos que no saben que ‘la ética abarata costes en dinero en energía y en sufrimiento’, Adela Cortina.
Solo
la bajeza moral extendida entre amplias capas de población justifica el apoyo
electoral de tanto corrupto, de todos los partidos, sean ERE’s andaluces o la
gran mancha corrupta de Gurtell, y Bárcenas… La pérdida de moralidad llegó a
parlamentarios y gobernantes que encubren y apoyan, premian con colocaciones
bien pagadas, y llegado el caso indultan a culpables sentenciados, de los
suyos. Ya les da igual el tipo de delitos, sea agresión sexual o robo. Solo una
gran pérdida de moralidad de la ciudadanía permite explicar la insistencia en
el apoyo a los mal nacidos, eso son los votos que les reeligen en los cargos,
como ejemplifica el mantenimiento de tanta corrupción en Levante: accidente de
metro de Valencia, el mayor de la historia de España, tapado apenas sin
investigación, aeropuertos sin aviones, fiascos televisivos, basuras y
recalificaciones, grandes obras de Calatrava, derroches a cuenta de la visita
del Papa,... Casi da lo mismo que cada día salga una nueva noticia, la
alcaldesa del PP en Alicante o los urinarios de superlujo de la fórmula 1, o la
existencia de medio grupo parlamentario del PP valenciano imputado, pero
sentado en sus escaños.
Mientras tanto la Iglesia
española, ha perdido toda referencia y ejemplaridad referida a la moral entre
sus feligreses conservadores, está perdida en su cruzada contra la ley del
aborto y matrimonio, por suprimir Educación para la ciudadanía, y por aumentar
sus ingresos directos del Estado, o los indirectos, a través de concesiones y
prebendas de colegios, o inmatriculaciones por las que está adueñándose del
patrimonio común de los españoles, como la Mezquita de Córdoba, o miles de
fincas, edificios, ermitas… Pero ¿conocen ustedes proclamas contra los
corruptos? ¿En contra de indultos a delincuentes sentenciados?
A consecuencia de la crisis
económica, los gobernantes y el empresariado mezclan todo y agitan para poder
justificar las mayores atrocidades en derechos y libertades, en condiciones de
vida y dignidad, que nos retrotraen al pasado franquista, viendo corruptos en
altos cargos políticos y empresariales. Mientras tanto estamos volviendo a la
España de la caridad, en donde se mueven los nacional católicos, cuentan con la
complicidad de los medios de comunicación para ocultar que la sociedad tenga
como principios la justicia y solidaridad, la equidad y libertad.
No pretendo predisponer al
sector conservador, tendrán que realizar su propia regeneración desde sus
propias entrañas, más dolorosa cuanto más tarde comiencen. En las izquierdas sí
quiero influir y contribuir a renovarla para lograr reducir el poder derechista,
a ellas me dirijo criticando errores y comportamientos, con la intención de
evitar mayor descomposición y pérdida de influencia que ha facilitado el poder
omnímodo de la carcunda. Es necesario restablecer nuevos equilibrios de poder
político, porque solo desde la política podrá intervenirse en la vida de
millones de españoles.
En
la primera
parte del ‘Balance de media legislatura’ analizaba el papel de la derecha, en particular del
gobierno PP, quedaban pendientes algunos temas, pero las elecciones se acercan
y parece mejor asumir el riesgo de opinar de la oposición, de las
izquierdas. ¿Por qué parece mejor opinar que callar? Porque hacerlo
podría permitir reflexionar con más elementos y quizás hubiera posibilidad de
influir un poquito para mejorar la preparación de las municipales del año
siguiente, que vistas desde hoy, se presentan muy negras para los intereses
progresistas. ¿Por qué escribo de asumir un riesgo? Porque esta reflexión desde
el lateral izquierdo, para mucha gente será como si les pisaran callos, ya que casi
todo análisis político hoy implica afear conductas y resaltar elementos
negativos que tienen mucho que ver con la situación que nos ha traído hasta
aquí, de enorme poder de la
derechona.
La ruta de este trabajo que
tiene en sus manos traza dos caminos paralelos en el terreno de la regeneración
de los partidos políticos: a) la
agitación de las izquierdas, desde la izquierda, mirando la campaña de
europeas 2014, con poca esperanza puesta de un despertar en las municipales y
generales de 2015, -sin olvidar el bombazo intermedio de la secesión
catalana, aunque directamente aquí no se
mencione-. Y b) la situación particular
de Alcorcón, tomado como ejemplo concreto de realidad.
Las Europeas
son una prueba que podría dar lugar a equívocos en los grandes partidos si
consiguieran buenos resultados y pretendieran generalizarlos, suelen ser
elecciones más favorables para los intereses opositores que unas locales y
generales, el aluvión de cabreo e indignación que representan pequeños partidos
y grupos, muchos de ellos locales, necesitan rodaje, preparación, configurar
alianzas, precisar objetivos y conseguir medios para hacer campaña… todo lo
cual podrían lograr de forma más sencilla en las siguientes elecciones locales.
A pesar en las europeas del voto de castigo posible al bipartidismo, me inclino
a pensar que en las elecciones locales tendrán mayor oportunidad las nuevas
formaciones.
La capacidad
de intervención europea en los grandes grupos continentales actuales podría
facilitar el voto útil, -la concentración de voto bipartidista, también de
izquierda genérica y verde- ello induce a pensar que un fracaso en las europeas
para los pequeños y nuevos grupos no sería trasladable a unas elecciones
locales en donde algunos de sus problemas actuales encontrarían mejor solución.
Un fracaso de los grandes, por el contrario, sí sería indicativo de enorme
cabreo y desafección ciudadana, trasladable a unas elecciones locales y
generales. –Equo tiene una particular buena posición de homologación y enganche
europeo con el grupo europeo de los verdes, lo que permite pensar que sus
resultados en estas elecciones deberían ser bastante mejores que los logrados
en elecciones locales, lo cual dejaría abiertas serias incertidumbres si lograra
malos resultados, en este sentido se juega más que otras formaciones en esta
campaña.-
Algunas
cosas que escribo del PSOE, las veo en Alcorcón, y también en la Comunidad de
Madrid, otras son producto de estudios y discusiones, que puedo contar por
afinidad personal de amigos socialistas de diferentes ciudades. Tengo
otros amigos en distintos sectores de izquierdas y algunos en las derechas;
supongo que cuanto mayor se hace una persona, las relaciones acumuladas van
siendo más transversales; y no crean que haya una franquicia de buenas
personas, como a veces digo, gente buena y chunga encontré en todas partes.
–Si quieren una buena descripción sociológica de lo que nos pasó durante décadas
a los españoles como ayuda a comprender lo ocurrido, lean a Antonio Muñoz
Molina en ‘Todo lo que era sólido’, de Seix Barral.-
Dentro de
mis amigos socialistas, todos mayores, algunos fueron cargos electos y han
abandonado el partido en estos años, unos quemados de intentar cambiarlo
desde dentro se fueron a casa, otros, metidos en procesos de construcción de
nuevas formaciones como Equo, de la que salen al poco tiempo aburridos y se
ponen a impulsar Podemos u otros proyectos. Algunos siguen militando dentro,
incluso con cierta responsabilidad madrileña, dicen estar hartos de la poca
discusión y vida política interna, al menos éstos son de los pocos que
escuchan. Otros amigos militantes socialistas desde antes de la muerte de
Franco, insisten en que fuera no hay lugar para nada, por tanto se cuecen en
sus propias ideas internas y cierran sus oídos a cualquier análisis, comentario
o crítica de la situación.
La cuestión
que se plantea mucha gente, queda reflejada en una triple cuestión:
1) ¿Un gran
conglomerado progresista fue útil en el pasado?
2) ¿El papel de conglomerado progresista que el PSOE
tuvo antaño está vacante?
3) ¿Podría o tendría que ser sustituido por otro
partido o coalición? O por el contrario los militantes socialistas tendrán las
suficientes agallas como para reconducir la situación, lo cual implica a muchos
de ellos echarse a un lado y abrir puertas a gente nueva.
Rectificar
es de sabios. Pero de sabios que se han equivocado. Reconocer errores no es
confesar culpas y seguir haciendo lo mismo, implica sobre todo modificar
comportamientos, para lo cual es imprescindible escuchar, porque si hasta ahora
no los han reconocido-modificado, quizás no sepan exactamente qué quiere la
gente. También puede ocurrir que no quieran aceptarlo, o peor aún, se
consideren fuera del foco de responsabilidad por lo ocurrido, -ya saben
culpables los mercados y el liberalismo, nunca decisiones concretas- en todo
caso, sin abrirse a otras opiniones ajenas a compadres de militancia de estos
años será imposible modificar actitudes, y estarán contribuyendo a destruir el
partido, cuando quieran darse cuenta de ello será demasiado tarde.
Manuel Herranz
Montero junio 2014
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