El título viene a cuento de una conversación que tuvimos mi enfermera y yo, -comentamos cosas en ocasiones- Me preguntaba cómo veía la situación y mi respuesta fue clara, ‘está mal, muy mal’. Ella pretendía disculpar al gobierno actual, ya que no había tenido tiempo de hacer nada para mejorarla y yo aclaré que mi postura no se refería a ellos, ‘la economía no se mueve en cortos plazos sino en largos’. A partir de ahí, amplío la reflexión.
En todos mis comentarios sobre la crisis económica, no me suelo referir a la culpabilidad personal o de un gobierno en la debacle española. Me parece un error monumental que conduce a la incomprensión de los problemas, a ocultarlos o a utilizar la culpabilidad para obtener réditos electorales. Una crisis económica como la que padece España no se puede generar por ningún gobierno, ni en un plazo de 4 años solamente, hunde sus raíces en un pueblo entero durante muchos años.
La crisis española tiene raíces lejanas, nuestras dificultades con la balanza de pagos, o la falta de trabajo para todos los españoles, o nuestra tradicional falta de modernidad en educación, investigación e innovación, siempre nos mantenían poco competitivos ante los mercados exteriores, que habitualmente nos inundaban de sus productos en mayor medida que los que nosotros podíamos vender. Antiguamente, con la peseta, encontrábamos salidas con las socorridas devaluaciones, de repente, un 30% más pobres y a seguir tirando, hasta que llega la globalización y la explosión asiática que barre todo el comercio mundial y el euro que no permite devaluar a cada país.
Nuestro sistema productivo, tradicionalmente anticuado a rastras de los tiempos, con empresarios ignorantes muy poco emprendedores y pegados a las tetas de papá Estado, fueran las monarquías Borbónicas, Franco o los modernos González y Aznar, esos negociantes solo se han atrevido a producir basados en la explotación máxima vía bajos salarios y nunca basado en generar alto valor añadido. Como también ha sido un hándicap antiguo nuestra dependencia del ahorro externo, y nuestro empecinamiento en volcarnos en dos sectores, construcción y turismo en los últimos 50 años.
No, nuestros problemas intrínsecamente españoles no son producto de un gobierno, son mucho más profundos y antiguos, por tanto es ridículo esperar que se resuelvan en un tris tras, como por otra parte decían/mentían que haría el PP y algunos pardillos interesadamente querían creer.
Ni siquiera la reciente burbuja inmobiliaria y de crédito es culpa de un solo gobierno. Es toda una sociedad, la que se lanzó a pedir créditos, bancos que metían dinero por los ojos, analistas e inversores que especulaban a mansalva con terrenos y viviendas, garrulos amiguetes de alcaldes de todos los colores, dirigentes autonómicos que se lanzaron a la vorágine de construir por todas partes, facilitado por leyes altamente permisivas con la urbanización de suelo, (las puso en marcha Aznar) todo aderezado por bajos tipos de interés del euro y los excesos de ahorros en países del norte, Alemania, Francia, Austria, etc.
Aquí soportado por análisis que indicaban que la población duplicaría su número, en todas partes. Analistas que aseguraban que las viviendas nunca bajaban de precio, banqueros que pedían préstamos como locos al exterior para enterrarlos en arena y ladrillos entre las manos de promotores, constructores, espabilados, inmobiliarias, ricos y nuevos ricos, y familias, particulares pymes y autónomos comprando pisos para guardar sus ahorros. La lista de implicados es tan alta que seguro se acerca a muchas personas que conocemos. Por supuesto no todos tienen la misma responsabilidad, ni mucho menos, nada de eso. A mayor poder mayor responsabilidad.
Naturalmente que no todas las medidas son acertadas y deben ser criticadas, como habrá decisiones que sean prácticamente imposibles de tomar u otras que vengan impuestas. Incluso que muchas políticas vayan por caminos claramente ideológicos y ni siquiera pueden ser calificadas de erróneas, sino de medidas que atacan a unos y empeoraran sus condiciones de vida y mejorarán a otros.
Por ejemplo hoy, después de realizados los primeros ajustes, seguir con el raca raca de los recortes nos va a meter en una profunda depresión (ya no recesión) durante 10 años que nos llevará como país muy atrás. O claramente se apuesta por un demora temporal de 2 o 4 años en el cumplimiento de objetivos de déficit o retrocederemos muchos años, en beneficio del norte rico, competitivo y prestamista. Esta es la batalla del momento en toda Europa.
PD: El gobierno PP actual no ha tenido tiempo de cambiar la economía, pero sí ha empezado a cambiar el entramado de libertades y derechos.
miércoles, 8 de febrero de 2012
La economía se mueve en largos períodos
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