domingo, 14 de agosto de 2011

Una cerveza. Y, ¿qué tal todo?

Terraza alcorconera, cerveza y unos calamares. Y esa pregunta que te hacen para que respondas con el consabido, ‘pues muy bien’. Pues si quieren solo esa respuesta que no hagan la pregunta. Hay otras fórmulas de cortesía para despedir a los clientes sin poner en aprietos, porque si preguntan, algunos podemos responder.

Pues miren ustedes, a mi la cerveza me gusta en baso cervecero o copa grande, pero con bordes finos de cristal. No me gustan esas jarras que al llevarlas a la boca dan trazos gruesos y ásperos, tampoco me gustan que las jarras goteen, porque han estado sometidas a congelación y van soltando el hielo derretido poco a poco y manchando poco a poco.

Ya sé que esta cerveza española más refrescante no es como la centroeuropea, mas de copas, tirada lentamente y en varios tirajes, que la primera vez que la pides crees que no te han entendido, pero que cuando la traen, te das cuenta de que es una copa con un sabor diferente y no es un refresco.

Pero sigamos con el ¿qué tal? No me gusta el pan malo, tan abundante hoy por tantas panaderías, pero más imperdonable en un restaurante o un bar. No cuesta tanto conocer un buen proveedor y elegir el mejor pan, no cualquiera de los múltiples malos que acostumbran a tener en las terrazas.

Las patatas fritas me encantan, y suelo conocer los comercios que las venden mejores, las embasadas de marca no cuentan por su precio, pero es que de las patatas fritas a granel que rodean mi barrio las hay buenas y malas, y un bar debería saberlo, tampoco suben mucho el precio unas buenas patatas y un buen pan.

Que ¿Qué tal?, no me gustan las terrazas con olor a tabaco, así que si fuman hay que retirar ceniceros constantemente, si hay coches que tiran ceniceros a sus bajos y/o papeleras, la terraza debe preocuparse de barrerlo.

Tampoco me gustan las terrazas ni bares repletos de papelitos que llaman servilletas volando por todas partes. No es tan caro un tiesto colgado en la mesa, o sobre ella, para depositarlas y evitar suciedad. Como tampoco encarece mucho una servilleta de papel algo más densa y grande que esos papelitos que llaman servilletas de los que tienes que coger 20 para sacar su utilidad.

Hombre y ya puestos a pedir, los calamares bien fritos, sin llegar a endurecerlos pero frititos. El pescado bien frito por favor.

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