viernes, 26 de agosto de 2011

El timo del pintor español

Antes de las vacaciones he sufrido el timo del pintor español. Comienza al querer pintar, por ejemplo, los techos y salón de tu casa.
Recoges muchos teléfonos de anuncios callejeros, y de los que te pasan el portero, los conocidos, las tiendas del barrio y ante el lio haces una pequeña selección.

Pides presupuesto y al final te decides por uno que es español, supones que te dará un cierto plus de garantía. Que error, que inmenso error.
Pintor español, que trabaja para una compañía de seguros, y además complementa con chapuzas y obras sumergidas junto con hijo español y ayudante español. Los 3, insistentemente repiten en casa que son oficiales de primera. Lo cual empieza a mosquearme antes de ver el resultado.

Comienza el desastre. Tapan ligeramente la vivienda, en la que vivimos por supuesto, por lo cual aparatos de música, cds, teclados, libros, y multitud de enseres y ropas, sábanas, cojines, sillones… aparecen con gotitas de pintura de los techos. Incluido paredes pintadas de habitaciones a las que no se pretendía pintar, porque las tiras de plástico para tapar fueron puestas cortas. (En sentido anchura)
‘Nada, nada, luego con un trapito húmedo’. Mentira, en las paredes quedaron las manchas y restregones. Habrá que pintar la habitación. Los enseres, paciencia en la limpieza.

Los techos. HORRIBLES, brochazos por todas partes perfectamente visibles, que cuando secaran no se notarían. CHAPUCEROS. Se notan los brochazos de recorte de bordes y los diferentes pasos del rodillo por unos lados y no por otros en los que resalta el tono más oscuro del trozo no pintado.

La pintura del salón, se quedó corta, no cubría, y cuanta más agua se añadía para extenderla menor cubrición tenía. Por detrás de los radiadores no se pinta, para qué, si se ve que se fastidien y encima pretenden justificarlo con que la anterior se pintó sin ellos, qué jeta tienen. Pero no se preocupen tampoco sobró nada (nada) de pintura. Hombre a la hora de pagar, ‘como hemos dado 2 manos tiene que pagar más dinero, porque el presupuesto fue para una sola mano’. Sin discusión, como un tonto pagué lo que me pidieron.

Al otro día y siguientes, daban ganas de vomitar ante el desastre. ‘Es que los techos estaban muy mal’, hombre si estuvieran perfectos no les hubiera llamado, ‘cuando seque no se notará’, se nota y mucho. Tanto se nota, tan mal estaban que he llamado a otros pintores para que repinten la casa. He tenido que recurrir a Valentín, joven empresario rumano que conozco desde hace 7 años, super formal, que me ha hecho varias obras de rehabilitación, super serio, el cual me remite a sus pintores que han repintado el piso, después de volverlo a recubrir totalmente.

PD. Soy hijo de pintor y he pintado bastante, por descontado mejor que estos inmensos chapuzas.

LES DEJO UNA TARJETA DE LOS TIMADORES PARA QUE HUYAN DE ELLOS


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