domingo, 28 de marzo de 2021

Conoce a: Mónica, Mas Madrid

 

Mónica García, candidata de Más Madrid a la Comunidad de Madrid. en la azotea de EL PAÍS antes de la entrevista.LUIS SEVILLANO

Mónica García.Mas Madrid. Manuel Viejo. 20-03-21

Mónica García (Madrid, 47 años) rechazó el martes ir en coalición con Pablo Iglesias: “Reivindiqué mi trabajo y el de mi grupo”, dice ahora. Anestesista de profesión, compagina desde hace seis años las jornadas en el Hospital 12 de Octubre con la actividad parlamentaria de la Asamblea. Ha sido el azote de Isabel Díaz Ayuso y el punto de mira del PP durante toda la pandemia. El próximo 4 de mayo será la candidata a la presidencia de la Comunidad por Más Madrid.

Pregunta. ¿Se acuerda de cuándo gobernaba la izquierda en la Puerta del Sol, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid?

Respuesta. [Ríe] Yo, concretamente, no.

P. Usted tenía 21 años y ahora tiene 47. ¿Qué tiene Madrid para el votante del PP?

R. Aquí el PP ha llegado a hacer hasta un tamayazo, que no es baladí. Cuantos más años lleva un Gobierno, más raíces y más redes clientelares es capaz de tejer y más difícil es para el resto.

P. ¿Cómo combatirá el eslogan de “comunismo o libertad” que propone Isabel Díaz Ayuso?

R. Aquí la libertad se traduce en que somos la Comunidad que más segrega en la educación; en que no podemos ir al médico cuando lo necesitamos; en que nuestros mayores se tienen que ir a residencias que dependen de fondos buitres; en que para contar con una escuela infantil nos tenemos que gastar la mitad del sueldo; en que para cuidar nuestra salud mental o nos hinchamos a orfidales o nos dejamos un riñón para pagarla. Ese es el concepto de libertad que nos han vendido.

P. Ayuso ha logrado que en Madrid se hable más de España que de la pandemia. ¿Somos responsables los medios de comunicación o cree que la oposición no ha sido vehemente?

R. No creo que sea una cuestión de vehemencia. Es muy difícil ponerse a la altura de alguien que solo utiliza las herramientas de la confrontación, de las mentiras y de los bulos. Yo lo comparo con un partido de fútbol. Aquí hay un equipo que no cumple las reglas y que no juega limpio. Tienes que elegir entre ponerte a su nivel, lo cual creo que crisparía a la sociedad y la haría menos convivible, o hacer una oposición honesta y rigurosa para denunciar sus barbaridades.

P. ¿En qué ha mentido Ayuso?

R. Tres ejemplos: dijo que iba a poner rastreadores y no puso los que necesitábamos. Dijo que iba a dar más docentes en los coles y no los tenemos. Y dijo que iba a dar ayudas y no nos las ha dado. Es un rosario de promesas incumplidas.

P. ¿Cómo definiría a la presidenta?

R. Una persona adicta a la crispación. Es una mujer obstinada que se dirige hacia un fanatismo.

P. El número de fallecidos por coronavirus en Madrid durante la pandemia llegaba el jueves a los 14.388. Somos la comunidad con más muertos de toda España y aquí seguimos, con todos los comercios abiertos.

R. Y también somos la comunidad con más ingresados. No hemos podido respirar en los hospitales desde el minuto uno de la pandemia. El sistema está saturado. Esto significa que se va a trasladar a las listas de espera el resto de patologías. Hemos ido siempre en contra de la evidencia científica y del resto de las comunidades. Hay que tomar las medidas en el momento que hay que tomarlas y, sobre todo, ser honesto. Si tienes que cerrar espacios interiores porque son peligrosos, se cierran y se dan ayudas. La pandemia se controla con la movilidad. No hay más fórmulas.

P. Usted es médica y trabaja en el Hospital 12 de Octubre. ¿Estamos los madrileños realmente cubiertos ante esta pandemia?

R. Con la gripe, que viene puntual y todos los años, ya se colapsaban los hospitales. Nos faltan recursos y camas. Tenemos un 30% menos de médicos de atención primaria y un 40% menos de enfermería en algunos lugares. Tenemos unos déficits que hemos ido acumulando durante todos estos años y que nos han hecho afrontar la pandemia con las manos en la espalda.

P. ¿Por qué ahora se habla tanto de los bares y tan poco de los hospitales?

R. Es muy difícil comunicar la saturación de los hospitales permanentemente. Cuando ya has contado que las UCI están al 100%, transmitir que pasan al 120% es imposible. Era muy complicado explicarle a la gente lo mal que estábamos ahí dentro. Una vez que se dice que han fallecido 10.000 madrileños, 12.000 y 15.000 y que se nos han muerto uno de cada cinco ingresados... es muy difícil. Estamos en un momento de saturación de lo sanitario.

P. Hemos normalizado que en Madrid fallezcan 30 o 40 personas al día de covid.

R. Tiene que ver con esa saturación y con la frivolidad con la que se han tratado los datos desde la Comunidad. No es lo mismo que un Gobierno te diga que el 99% de los ciudadanos no tiene por qué sacrificarse para que se cure el 1%, a que te explique que la situación es muy mala y que tenemos que cuidar a ese 1% que está en las UCI.

P. ¿Cómo se encuentran los sanitarios?

R. Hemos llegado al límite. Yo ya no sé cómo relatarlo. En la primera ola había una cosa épica. Éramos los que daban el 150% para resolver la situación porque desde arriba no había ayuda ni orden. En esa soledad nos supimos manejar. Con la segunda ola, hubo frustración porque no nos podíamos creer que las UCI se llenaran de nuevo. En la tercera, estamos viviendo un hastío y un maltrato sistemático que se mezcla con las palabras gruesas de Ayuso, que nos acusa de boicot y cuestiona nuestra profesionalidad. Nos ha puesto como sus enemigos.

P. PP y Ciudadanos no han presentado presupuestos ni leyes nuevas en año y medio. ¿Cómo valora su gestión?

R. Es un Gobierno de propaganda. Ayuso confunde la Puerta del Sol con un plató de televisión. Así no se puede gobernar. Madrid se lo juega todo en estas elecciones.

P. ¿Se arrepiente de no haber presentado una moción de censura antes de que Ayuso adelantara las elecciones?

R. No estaba solo en nuestra mano. Lo que precipitó nuestra moción fue ese posible cambio de Ciudadanos. Pensamos que si habían recapacitado en Murcia, quizás aquí también lo harían.

P. No se arrepiente.

R. No se dieron las circunstancias.

P. Hablemos de esta semana. ¿Nadie de Podemos le avisó de que Pablo Iglesias se presentaba como candidato?

R. No. Me enteré por la prensa.

P. ¿Le gustaría que se lo hubieran dicho?

R. Hubiera sido un detalle. Luego le escribí y le dije: ‘Bienvenido, Pablo. ¿Hablaremos, no?’.

P. ¿Le escribió primero usted o él?

R. Yo.

P. Dice que en esos primeros mensajes se entendieron. ¿En qué?

R. Las noticias venían más por la prensa que por los mensajes. El marco inicial era un marco de: “¡Oye, nos tenemos que entender!”. Luego otra cosa es que cuando el entendimiento se da por hecho, se dé por hecha también otra serie de cosas. Estoy convencida de que nos entenderemos. Tengo una buena relación con Iglesias.

P. A la mañana siguiente, dijo: “Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos”. ¿Se lo pidió Pablo Iglesias?

R. [Silencio] Fui clara y honesta. Básicamente, reivindiqué el trabajo de Más Madrid, el derecho a mantener una formación política que es la primera fuerza en el Ayuntamiento y que tiene 20 escaños en la Asamblea. Hemos sido la oposición más notoria contra Ayuso. Y reivindiqué mi papel y nuestro espacio. A mí me encanta la política regional. Aquí es donde está la sanidad y la educación. Llevo muchos años en la política regional y he vivido un año muy duro en la Asamblea y en el hospital. Básicamente revindiqué mi trabajo y el de mi grupo.

P. ¿Habló mucho con Íñigo Errejón ese día?

R. Claro. Estaba de acuerdo en todo lo que pensábamos.

P. ¿Hubo unanimidad en el partido respecto al rechazo a Iglesias?

R. Podría decir que sí. Sí, sí... puedo decir que sí.

P. ¿Todos votaron que sí?

R. No fue tanto una votación, fue una reflexión. Ver, sentir, hablar, intuir. Es más, si me apuras, en parte de la militancia había miedo a perder el trabajo hecho. Una compañera me dijo: “Joder, es que yo llevo mucho tiempo trabajando en temas de feminismo y educación y quiero seguir”.

P. Usted estuvo en Podemos antes de entrar en Más Madrid.

R. Más Madrid es la organización que más se adapta a la manera de hacer política que a mí me gusta. Hemos sabido aunar el modelo verde, el feminista y el de la justicia social. Es el sitio donde he estado más a gusto políticamente.

P. ¿Dormiría tranquila con Iglesias como consejero?

R. Duermo tranquila con un Gobierno progresista. Con lo que no duermo tranquila es con un Gobierno de Vox.

P. ¿Ha hecho algo bien Ayuso?

R. Quizá lo de los tests de antígenos. Era una buena idea, pero otra vez se puso a disposición de la propaganda y no de la salud.

P. ¿Cerraría el Hospital Isabel Zendal?

R. Creo que se le puede dar una pensada para ver qué se puede hacer con él, pero no sirve para hospital.

P. ¿Qué ofrece a los 447.000 parados que hay en Madrid?

R. Un cambio a corto, medio y largo plazo de modelo productivo. Trabajar de una manera precaria nos aboca a un futuro incierto que no podemos soportar más. Sobre todo los jóvenes. También quiero darle una vuelta a este modelo de turismo y servicios. Tenemos el potencial, pero no se está aprovechando.

P. Este jueves, según Idealista, había 1.449 casas de alquiler en Madrid. Solo dos valían menos de 600 euros.

R. Eso es un problema de primer orden. Los jóvenes en Madrid se dejan entre el 80% y el 90% del sueldo en la vivienda, y las familias, entre el 40% y el 50%. El problema es que el PP hace de inmobiliaria y no se preocupa por los inquilinos. Hay que regular el precio de los alquileres.

P. ¿Hay futuro en Madrid para los jóvenes?

R. No, porque no les damos expectativas. Y esto también tiene que ver con la pandemia y con la salud mental. No les damos opciones a los jóvenes ni siquiera para tener hijos. A todos ellos les ofrezco un cambio de paradigma. Quiero proteger lo más sagrado, que son nuestros servicios públicos.

P. ¿Ha hablado con Manuela Carmena?

R. Sí, nos hemos mensajeado y me ha apoyado. Tenemos pendiente quedar.

P. Si usted ganara las elecciones, ¿qué primera medida tomaría?

R. Reforzaría inmediatamente la atención primaria y la salud mental. Desharía todos los elementos de privatización que nos han traído hasta aquí. Y, sobre todo, no olvidaría que un sistema sanitario está enfocado a los pacientes y no a los negocios. En cuanto cambias ese eje, de alguna manera, todo va saliendo.

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