viernes, 26 de marzo de 2021

España por montera. Gil Calvo

 España por montera. Enrique Gil Calvo. 15-03-21

Los idus de marzo nos han traído un ataque de furioso politiqueo que ha sobrepasado todos los límites cuando ya nos creíamos curados de espanto. Al parecer, no importa la pandemia, la deriva del procés ni cualquier otro de los problemas que nos aquejan sin que a nuestros políticos les preocupen, como si solo contase su pelea de patio de colegio entre adolescentes despechados que ya no se ajuntan mientras se acusan de traición y otras lindezas más ridículas que patéticas. Y lo peor es que de toda esta trapatiesta va a salir ganando el personaje que quizá menos lo merezca, la inefable presidenta de la Comunidad de Madrid, que según las encuestas arrasará en las urnas. Lo que plantea una duda que desafía toda inteligencia: ¿cómo es posible que la ciudadanía madrileña pueda depositar su confianza en alguien sin conocimientos ni oratoria que ha demostrado ser incapaz de gobernar, saboteando la sanidad pública en la peor epidemia del último siglo?

Esta paradoja se explica por la singularidad de nuestra cultura política, basada en un personalismo nihilista que valora en los líderes su capacidad de torear a sus rivales hasta acabar con ellos aunque sea contra el interés general. El mérito de Sánchez a ojos de sus votantes es haber toreado a todos con su “no es no” y haberle dado estoque de muerte a Rajoy con su moción de censura. También el único mérito de Puigdemont es haber toreado al Estado con su insolente declaración de independencia mientras se burla de la justicia eludiendo su acometida. Y lo mismo cabe decir de Pablo Iglesias, ese matador con coleta de corrida goyesca que está toreando tanto al presidente Sánchez como al Régimen del 78 según demuestra su última faena de ayer.

Pues bien, ese es también el mayor mérito de Ayuso a ojos de sus fans: el estar toreando con sus desplantes insolentes al presidente Sánchez mientras les da estoque de muerte a Aguado y Arrimadas como si fuera una diestra mantis religiosa. Pero no solo torea a sus rivales, sino también al Gobierno y al Estado, con una faena que demuestra su maestría en la lidia de Leviatán poniéndose por montera a España entera. Además de burlarse de las restricciones contra la covid dictadas por Sanidad, que la presidenta madrileña elude aplicar en su propio territorio, también está logrando que las demás comunidades autónomas trabajen para ella bien a su pesar.

En efecto, por un lado las vampiriza económicamente extrayéndoles su plusvalía tributaria con insolidario dumping fiscal. Y además está logrando quedar como el único territorio liberado del confinamiento, lo que le permite tremolar su bandera de “libertad o socialismo” cuando en realidad está confinada por todas las demás que la rodean. Puede alardear de apertura de bares y restaurantes porque sabe que están clausurados para el resto de españoles, lo que le ahorra su posible contagio pandémico: así es como ha logrado ‘aplanar la curva’ a pesar de ser la santa patrona de la fiesta nacional.

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