miércoles, 15 de octubre de 2014

No, no, que no dimitan. ¡Échenlos!

Qué manía tenemos con la dimisión, eso conlleva cierto grado de dignidad que no cuadra con estos tipejos ¡Degrádenlos! como en el ejército. Que pasen a currar en un hospital, por ejemplo el Carlos III, a retirar los desechos de alguna habitación de enferma de ébola, por ejemplo la de Teresa.

La situación sanitaria va mejorando, pero aún quedan abiertos muchos interrogantes, ¿dónde se produjo el contagio y cómo? Porque la burda manipulación de ese individuo que sale a las cámaras diciendo que teresa le ha dicho que se tocó la cara, no es creíble, por muchas razones, ¿por qué Teresa al quitarse el traje no tuvo la pareja habitual de ayuda/apoyo?, ¿por qué no hubo cámara grabando hasta el final? ¿Por qué no hubo asesores de Médicos Sin Fronteras, en los primeros gabinetes de crisis? ¿Por qué no se contó con especialistas españoles que llevan muchos años peleando en África para determinar qué opciones podrían ser mejores?

Si queremos hacer algo positivo contra el ébola, los expertos dicen que mejor hacerlo en África. No tiene sentido poner todas las trabas del mundo a impedir la entrada en los países, en nuestros castillos, la movilidad planetaria es imparable, si no son las personas, serán las cosas, sino, los animales, todo circula a grandes velocidades en este mundo globalizado. Si la gente supiera cuantos miles de contenedores arriban a los puertos de cada país diariamente relativizarían el poder de las murallas como elemento de protección, millones de kilos de mercancías, y personas, y animales y virus, bacterias, etc. etc. entran en nuestros países. 

Así que mejor trabajar en África, que es el lugar donde más lo necesitan, donde puede ser más rentable económicamente, un hospital aquí para atender a unas pocas personas, puede costar lo mismo que varios hospitales de campaña allí para atender a miles, sanitarios, médicos y pacientes, también será más rentable socialmente atender a mayor número de gente y lo que es más importante enseñando in situ a la población a luchar contra la enfermedad. ¿Nuestro papel aquí?, exigir dedicar la ayuda externa necesaria y la presión interna a las farmacéuticas para investigar antídotos.

Políticamente quedan capítulos abiertos. Si yo fuera Oposición no se me ocurriría pedir la dimisión de la ministra y el consejero – ¿y el presidente de Madrid?-. Menudo chollo tener en el centro de gobierno de la crisis a dos personas tan inútiles y prepotentes, cuya sola imagen es sinónimo de peligro. Las barbaridades que dijo ese energúmeno con el desprecio propio de quienes se consideran los dueños y señores del cortijo, cuestan un chorro de cientos de miles de votos. Si yo fuera Gobierno, no esperaría dimisión, en el momento de soltar esas burradas le hubiera cesado. Claro que si fuera gobierno, no le hubiera elegido para tal cargo, porque quien elige tiene responsabilidad sobre el elegido.

PD. ¿Y el Ayuntamiento de Alcorcón donde ha estado? Incluso olvidando su parálisis inicial, ¿por qué no intervinieron en el colegio del que se apartó/excluyó al hijo de una enfermera? ¡No se puede consentir que la ceguera, el miedo y la falta de información estigmaticen a un niño y a su madre, una profesional sanitaria!

Cuando esos padres y madres y niños vayan al hospital a ser atendidos les decimos que no hay enfermeras porque nadie las quiere, porque fueron rechazadas por ellos.

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