Nunca me han gustado las palomas, me parece un animal asqueroso, que destroza demasiado el mundo urbano, casas, monumentos, parques, bancos... con sus cagadas y su colonización de grandes espacios y encima la gente les echa comiditas al suelo, con lo que la porquería y la plaga se extienden. Nunca entendí por qué se considera el símbolo de la paz, no me digan que puede compararse al gorrión, el caso es que vi una excepción el otro día.
Una paloma, una sola, que bajaba una y otra vez del árbol al suelo, a los pies de donde yo estaba a coger palitos para fabricar su nido.
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