jueves, 23 de mayo de 2019

Que desilusión, con Mas Alcorcón. Qué chasco!


Confieso que he dudado sobre si contar, o no, lo que viví el martes, pero hoy he vuelto a recibir una llamada telefónica de Iñigo Errejón, en cinta claro, era un mensaje que como sistema habitual están utilizando en la campaña electoral, y me he dicho: ‘igual que se dirigen a mí sin que nadie se lo haya pedido, puedo hacer yo’. Dejarlo pasar supone que no se den cuenta del error, por tanto sin posibilidad de corregir lo que yo creo una metedura de pata en su comportamiento.

Verán ustedes a mi particularmente me cae bien Errejón, sus comentarios, ideas y escritos, tienen sintonía con mis criterios manifestados desde hace tiempo en mis escritos, así que me parecía una razón suficiente para ir a escucharle en mi pueblo,  polideportivo del Parque Ondarreta, el martes a las 8 de la tarde.

Otra razón para ir, no menos importante, era conocer y escuchar a los miembros de la candidatura Mas Madrid que se presentaban en Alcorcón, de los que no sabía nada, salvo generalidades parecidas a las de otras candidaturas y aquí hay 5 candidaturas de izquierdas.

A mi llegada voy hablando con varias personas intentando identificar a miembros de la candidatura, identifico a varios candidatos/as en distintos momentos y lugares, nada abiertos poco dados a la conversación con un desconocido, hay que insistir.

A las 20.15 del martes había un montón de gente sentada ante el escenario donde se suponía alguien debería subir. Una chica sube y micrófono en mano dice que ‘esperar un poco más, podéis pasar por el bar a tomar algo mientras tanto’. No da explicaciones sobre por qué aquello no comienza, solo habla breves segundos y dice que esperemos.

Cuanto más tiempo pasa más valoro la idea/consigna de ‘Que todo funcione’. La seriedad, rigor, puntualidad y educación o buenas maneras en las relaciones humanas deben ser valores de izquierdas, sí junto con otros, como solidaridad, racionalidad, defensa de la igualdad y libertad... pero la cuestión es que algunos se dan por supuestos, nadie los discute, mientras los primeros citados simplemente no se consideran. Otro rasgo importante a considerar, que nos escuchen aquellos que pretenden ser representantes, que nos presten atención a los futuros representados. Al fin y al cabo era una idea esencial del 15-M la importancia de la representación, que empieza porque los candidatos escuchen y hablen, y esta candidatura decía venir de aquel lejano 15-M, o aquello solo era válido para Pp y PSOE?

Cinco candidaturas de izquierdas se presentan en Alcorcón, el lío para decidir los votantes de esa acera, es una evidencia que todos comentamos, por tanto cualquier oportunidad que sirva para identificar y conocer a las personas que nos piden su voto debe considerarse importante. Una convocatoria a una hora determinada debe comenzar a dicha hora, si los convocantes no transmiten seriedad y rigor allí, ¿por qué voy a confiar en que serán rigurosos y serios cuando me representen en el Ayuntamiento?

Tengan en cuenta que no existen elementos públicos de conocimiento sobre los candidatos para poder tomar decisiones respecto a la procedencia o no de elegirlos como nuestros representantes. Todo el comportamiento e ideas que manifiesten durante la campaña ante quienes piden su voto será importante.

Al cabo de un buen rato sin que nadie aclare o explique la espera, a las 20.30, me dirijo a la chica que habló micrófono en mano y le digo que están perdiendo una oportunidad de oro para que los miembros de la candidatura hablen, se presenten y expliquen sus posiciones, mientras esperan. Hay que ser rojo y eficiente. Me da la razón y se va a buscar a gente. Mientras pasan por allí otros miembros de la candidatura que conocí hacía un rato, me dirijo a ellos diciendo lo mismo, apenas medio segundo paran ven que no les interesa y sin respuesta se marchan rápidamente.

A los organizadores no se los ocurre imaginar lo que pueden estar pensando los que allí esperan sentados sobre esos candidatos situados en el Ayuntamiento, sin hablar, sin manifestarse, solo esperando no se sabe qué o a quién. Me dirijo a un grupito de personas vinculadas a la cabeza de lista de la candidatura, me consta. Les manifiesto la misma idea, están perdiendo un momento extraordinario para que los miembros de la candidatura se den a conocer ante el público y digan algo ya.

Con cajas destempladas y evidente chulería de machito, me dice uno de ellos, ‘cálmese señor’ en el más puro estilo Albert Rivera, ¡increíble! como si de un enemigo fuera al que hubiera que descalificar. Son casi las 20.45, momento de marcharme. Tengo un descarte por clarificación, realizada sobre mi voto.

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