martes, 24 de noviembre de 2015

Cataluña. Una región rica se construye en la España de Franco

Cataluña tiene demasiados lazos franquistas que hoy tratan de esconder

El mecanismo que opera tradicionalmente en el argumentario nacionalista a partir de 1714, establece dicotómicamente dos bandos, Castilla-Cataluña en el pasado que posteriormente sustituirán por Castilla por España y en épocas recientes simplificando lo español en Madrid, utilizado para explicar todo asunto, tenderán a marcar dos trincheras, ellos en la de los buenos, sin mirar ni atender las diversidad de fuerzas existentes en cada núcleo, así las decisiones a tomar serán muchas veces saltos en el vacío, que llevarán a fracasos de los cuales responsabilizarán siempre a los otros, a los españoles. La explicación para simplificar absurdamente la realidad es sencilla, reducir elementos de debate permite que la propaganda se extienda fácilmente y con mayor rapidez. Tiene un problema, sepulta la verdad, no facilita soluciones de forma estable y genera crispación creciente. Un ejemplo estremecedor es la Guerra Civil de 1936/39. La presentan como conflicto de España/Castilla contra Catalunya, y Euskadi, hacen aparecer al Gobierno español como culpable, en aquel momento republicano, a quien le piden responsabilidades por la represión ejercida por los golpistas, le acusan del bombardeo de Guernica y Barcelona, cuando fue el gobierno y los españoles republicanos, quienes recibían las bombas, en Guernica, Barcelona y Madrid. 

De repente, catalanes y vascos que apoyaron a Franco, que lucharon a su lado y vencieron machacando a sus convecinos desaparecen, estos catalanes que reprimían y ordenaban fusilamientos han desaparecido de la historia de los malos, aquellos catalanes que financiaban el golpe de estado, que posteriormente comenzaron la represión de postguerra en Barcelona han pasado a la zona oscura, solo quedan en escena los españoles malísimos, contra los buenos pueblos periféricos –dixit Maragall-Resulta exageradamente burdo, pero en amplios sectores de población se instaló la ignominia que se esparce entre niños y jóvenes. La derrota de Cataluña permitió que los catalanes escaparan a Francia, algo imposible en la derrota de Madrid, la gran golpeada y bombardeada durante la guerra, una de las ciudades que más bombas recibiera en el siglo XX. Tampoco pudieron escapar de Valencia, salvo pocos por mar.

‘El máximo dirigente de la Lliga, Francisco Cambó, estaba vinculado al gran capitalismo internacional, la guerra civil le sorprendió viajando por su yate por el Mediterráneo; desde el extranjero facilitó ayuda financiera a Franco’ citado por Ramón Tamames, ‘Historia de España Alfaguara VII’, Alianza Editorial 1973. Cambó no sintió simpatía por Franco, pero sí eligió apoyar el Movimiento. En el imaginario del catalanismo construirán la imagen de la derrota republicana en la guerra civil como si de una invasión de España a Cataluña se tratara, olvidando y escondiendo las tropas franquistas formadas por catalanes, y no solo en el Tercio Nuestra Señora de Monserrat, formado por cuatro compañías de fusileros, una de ametralladoras y las secciones de morteros y transmisiones, además de un cuerpo de tren, formando parte de la Brigada de Reserva del Ejército del Centro, integrado en la 74 División. El nacional catolicismo también existía en Cataluña, y la burguesía industrial y comercial, grandes propietarios de tierra, y medianos industriales, pequeños agricultores, artesanos… como es natural, todos ellos con intereses diferentes. Tras la batalla del Ebro, fuerzas nacionalistas catalanas y vascas, ERC y PNV, intentaron negociar con Franco por su cuenta, traicionando a la República, a la que restan apoyos, lo hacen tanto para buscar su mejor posición, como por la proximidad ideológica de muchos con la España nacional católica, lo cual otra vez tiene poco que ver con esa simplificación de pueblo español perverso a un lado y pueblo catalán maravilloso al otro.

Para mejor entender la situación consideremos que en España se producían encarnizados enfrentamientos, al igual que dentro de Cataluña, lo cual es sinónimo de disparidad de intereses y cierto equilibrio de fuerzas parejas que pueden torcer resultados ahora a un lado, poco después a otro. La Lliga durante la República, era representativa de la burguesía, defendió sus intereses reaccionarios, en 1934 se opuso a los mayoritarios ‘rabbasaires’ obstruyendo la reforma agraria en Catalunya, la Ley Catalana de Contratos de Cultivos fue declarada inconstitucional, lo cual impulsó la proclamación de Companys del 6 de octubre de 1934. Tras las elecciones de 1936 desaparece pasando parte de su militancia a la zona franquista y apoyando a Franco posteriormente, igual que otros catalanes significativos -como Dalí, Pla, Samaranch, Porcioles, Gomis, algunos presidentes del Barsa, etc.- la lista sería larga, por cuanto estamos cerca de aquellos hechos y son conocidas personas con militancia franquista y nacionalista, pero del pasado lejano quedan pocos rastros por lo que es sencillo fabricar la idea de uniformidad en el pueblo, a pesar de su heterogeneidad, ahora y siempre, además de las fuerzas catalanistas, en los años treinta había otras de la derecha, no nacionalistas, monárquicos, secciones de la CEDA, del Partido Radical,… 

Una idea básica del nacionalismo considera al pueblo como mercancía salida de una factoría, estandarizado, gentes unidas por el mero hecho de haber nacido en la misma fábrica, para aumentar su pegamento será conveniente crear un enemigo común, porque pocas cosas unen más que soportar juntos las mismas afrentas, lógicamente ese pueblo por el mero hecho de nacer en tal lugar será moralmente bueno y valiente, contraponiéndose a los malos extranjeros, en este caso españoles. No importa que sea mentira, que resulte imposible encontrar en parte alguna un pueblo homogéneo, como se encarga de reflejar la historia, lo que importa es que repetido por todas partes una y mil veces calará, y si no fuera así el individuo sería expulsado de la tribu. El sentimiento de pertenencia dará seguridad y protección, si alguien duda, será causa de desafección, si quiere compartir sentimientos dentro y fuera, será alejado del grupo.

Durante la Guerra, en mayo de 1937 en Barcelona se produjeron hechos novelados por George Orwell en ‘Homenaje a Cataluña’, que dieron la vuelta al mundo. Milicianos anarquistas de la CNT y del POUM marxistas-antiestalinistas, sufrieron represión, acoso e ilegalización y combatidos por las fuerzas de la Generalitat. Y del PCE. –Andreu Nin fue posteriormente asesinado en una cárcel madrileña.- En el fondo latía el dilema de ganar la guerra para hacer la revolución, que defendían los comunistas o hacer la revolución para ganar la guerra, que era lo que defendían los revolucionarios. En zonas de Aragón y otras muchas de España, los anarquistas modificaban la propiedad y cultivo de la tierra repartiéndola durante la guerra, era una manera de poner en marcha la reforma agraria parcialmente fracasada de la República. 

En Cataluña existía fuerte implantación anarquista –también en Andalucía y Aragón- tradición de luchas contra la burguesía nacionalista y los propietarios de la tierra. En los primeros meses de guerra se sumó la dificultad que entrañaba para la República el carecer de un mando militar único en todo el territorio, lo cual favoreció a los golpistas que lo unificaron en Franco, la cuestión es que el golpe de estado en Barcelona se paró por las fuerzas de seguridad y gracias al potente movimiento obrero, que organizado el día antes, llamó a la lucha haciendo sonar las sirenas de las fábricas. Pocos meses después, en mayo del 37 las fuerzas de la Generalitat quisieron acabar con la fuerza militar que representaban CNT y POUM, con fuerte implantación entre las bases obreras catalanas. Otra vez se desvanece la ilusión nacionalista, aparece un pueblo diverso, golpistas y quienes les apoyaban a un lado, en otro encontramos a burgueses nacionalistas y republicanos, al lado fuerzas sindicales y políticas socialistas y comunistas, un poco más allá aparecían con fuerza sectores obreros dispuestos a empujar la revolución. 

Cataluña. Una región rica se construye en la España de Franco 

Cataluña deja ver todo lo contrario a una explotación española, ni durante el franquismo ni durante la democracia, en el pasado, los grupos de poder franquista entre los cuales se encontraba la burguesía catalana, suministraban a las burguesías periféricas, vasca y catalana, mano de obra precaria y desesperada que permitiera la rápida acumulación de capital. Obreros emigrados, hacinados en chabolas e infraviviendas, sin transportes, sin escuelas, sin médicos, sin teléfonos ni electricidad, explotados y reprimidos contribuyeron a la construcción de la moderna Cataluña, el polo opuesto a la idea de colonia que recientemente se instalará como argumento central del soberanismo.

El franquismo tendrá entre sus promotores una parte del pueblo catalán, no solo el más pudiente, parte de la burguesía industrial y comercial, apoyarán el golpe y la Guerra civil española, financiándolo y formando parte de las tropas franquistas, donde hay tantos catalanes como vascos y navarros o gallegos y madrileños golpeando y sometiendo al resto de españoles. La historia catalana oculta su participación en la represión posterior, durante la larga dictadura, al igual que esconden que los pilares del régimen franquista tendrán parte de sus cimientos asentados en grupos de la oligarquía, y de la burguesía catalana y vasca, al tiempo que se mantiene el respeto a los fueros navarros. Sectores burgueses catalanistas, conservadores, católicos, formarán parte del franquismo de sus instituciones, chivatos, cargos, aprovechados, represores,… y parte de los mismos confraternizarán con el Régimen, como la Revista Destino, creada en 1937 en Burgos por Xavier salas y Josep M. Fontana i Tarrats simpatizantes de Falange, fue órgano del catalanismo de la zona franquista, posteriormente catalanismo democrático, desde la misma guerra civil, o el ‘Grupo Arbor’ desde finales de los cuarenta y vinculado al Opus Dei ‘Rafael Calvo Serer y el grupo Arbor.’ Díaz Hernandez. La realidad de un pueblo nada homogéneo, como todos, poco que ver con la idea de pueblo unido y elegido en su lucha contra lo español usada por el independentismo.

En la dictadura las regiones periféricas y Madrid fueron especialmente cuidadas y desarrolladas por encima de la media, nada que ver con una colonia ni represión económica ad hoc, los grupos de poder dominante, además del financiero madrileño, fueron las oligarquías financiera e industrial de Euskadi, y comercial e industrial, de Cataluña. Desde 1940 al 1970 en esas regiones periféricas se propicia un fuerte desarrollo industrial, desatendiendo la España interior. Decisiones que se apoyan en la estructura productiva anterior desarrollando la industria existente en territorios que se privilegian, lo cual primará para muchísimos años la periferia y su crecimiento, obligando por otra parte a emigraciones masivas de millones de españoles de sus pueblos a los arrabales de Madrid, Barcelona y Bilbao. En las décadas de los 50 y 60, las regiones que mayor inmigración atrajeron fueron por este orden Cataluña, País Vasco, Madrid, Valencia y Navarra y las regiones que expulsaron mayor emigración fueron Extremadura, las Castillas, Andalucía y Aragón. 

Se instala nuevamente el abandono de la España profunda favoreciendo la periferia, junto con Baleares, más la isla interior de Madrid, a la que se añadirá Valladolid como sujeción del inmenso vacío del interior. Posteriormente se añadirán el corredor del Ebro y el polo de Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga. La población de Cataluña crecerá desde 3.240.313 habitantes en 1950, a 3.925.779 en 1960, hasta 5.534.770 en 1974, pasando de representar un 11,52% sobre el total de población de España en el 50, a 12,83% en el 60 hasta un 15,5% en 1974. Un ¡71%! de crecimiento de población, -datos I.N.E.- nuevos catalanes que construyeron la actual Cataluña convirtiéndose en el sector más débil y subordinado de la sociedad, marginados desde entonces en la disputa catalanista y olvidados hoy al hablar de independencia.


Arturo López Muñoz, -Juan Muñoz, Santiago Roldán y José L. García Delgado- fue un seudónimo de análisis económico, muy influyente en la progresía de los 60 y 70, editaron diversos libros y escribieron habitualmente en Triunfo y Cuadernos para el Diálogo, en uno de aquellos artículos publicado en Triunfo, num. 297, en 1968 escriben: ‘El aparato productivo catalán funciona sobre la base de colocar en el resto de la Península gran parte de los productos que no son consumidos en la región. La Balanza Comercial presenta un amplio superávit para Cataluña… produciéndose de esta forma una diferencia crediticia a favor de la comunidad catalana. Por otra parte el aspecto cualitativo de estas relaciones comerciales le es aún mucho más favorable. Las exportaciones catalanas están casi en su totalidad constituidas por productos industriales elaborados mientras que sus importaciones se reducen a productos de origen agrario o primeras materias necesarias a la industria transformadora de la región… Son las ya clásicas y conocidas relaciones que se producen entre zonas desarrolladas y subdesarrolladas.’ En 1968, treinta años después de la guerra, unos vivían mejor que otros, el franquismo no había destrozado a los catalanes, ni reprimido más que a otros españoles, los había favorecido, los expertos distinguían nítidamente cuales eran las zonas desarrolladas, entre las cuales estaba Cataluña, y las subdesarrolladas, casi todas las demás.

En los análisis de Arturo López Muñoz sobre la estructura productiva de Cataluña, señalan su atraso financiero en un artículo posterior, ‘Triunfo, 298, febrero 1968’: ‘Los intentos que realiza la burguesía catalana a primeros de siglo para dar ese paso importante, en busca de la consolidación de un capitalismo financiero, se destruyen en el seno de sus propias contradicciones. Las vinculaciones existentes entre esa clase y la Cataluña rural, así como la organización familiar de su industria, explican la naturaleza de sus compromisos, su conservadurismo y su histórico desfase.’ Observa que las empresas son de menor tamaño que las madrileñas ya que a pesar de tener en 1966 el doble de Sociedades Anónimas que Madrid, 8.108/4.410, su capital es sensiblemente menor. Escriben que muchas oficinas y depósitos bancarios allí instalados pertenecen a bancos con domicilio social en otra parte y mantienen que el sector financiero está menos desarrollado que en Madrid y Bilbao, tesis desarrollada por Juan Muñoz en ‘El poder de la banca en España’, Zero, 1969. 

Juan Muñoz escribe: ‘Durante la segunda mitad del siglo XIX la actividad bancaria tuvo en Cataluña un ámbito apropiado para su desarrollo. El crecimiento económico de la región, el carácter familiar de las empresas, las vinculaciones existentes con las colonias, etc. hicieron que la banca se desarrollara dentro de un marco coherente. El paso de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a la órbita de dominio norteamericano, supuso un duro golpe para los bancos catalanes…Los 20 bancos que existían en Cataluña en 1920 se ven reducidos a 11 en 1931. Este proceso que continuó después de la guerra tuvo su punto culminante en 1950 con la absorción del Banco Hispano Colonial, entonces 5º banco nacional por depósitos, por el Banco Central.

En otro artículo de Arturo López Muñoz de 1970 relacionado con las propuestas lanzadas por Pedro Durán Farrell en el Círculo de Economía de Barcelona, escriben refiriéndose al sector básico energético ‘no hay que olvidar que aparte del notable desarrollo que este sector ha tenido en Cataluña, el señor Durán tiene un papel preponderante en la dirección y control de (Catalana de Gas y Electricidad, Hidroeléctrica de Cataluña, Gas Natural, etc.)…el capitalismo catalán carece prácticamente, de intereses en sectores básicos –excluido el energético- estando fundamentalmente ligado a una industria transformadora…’ Tras la muerte de Franco, durante la etapa democrática, su capacidad financiera será ampliamente desarrollada, manteniendo el poder industrial y comercial, como veremos. 

El franquismo recuperó el centralismo asfixiante, aún así las políticas practicadas favorecieron a Cataluña, –‘Historia de España, volumen X. España bajo la dictadura franquista 1939-1975’, José Antonio Biescas, Manuel Tuñón de Lara, Editorial Labor, 1ª 1980.- con una población que en 1955 era un 12,16% del total, llega a 1960 estabilizada en un 12,83%, y una riqueza que en 1960 era el 18,72 de PIB nacional, habiendo caído ligeramente, venía de 1955 con un PIB algo superior, -ver cuadro FOESSA aunque la comparación no podrá ser homogénea, es indicativa- Los datos mostraban que tenía una riqueza superior en 5 puntos a la población, y mejoró en 1973, creció la población dos puntos hasta el 15,55, en su mayor parte españoles llegados en las emigraciones masivas, y en 13 años logarán aumentar el PIB hasta el 20,07 del conjunto de España, convirtiéndose en una de las regiones más ricas.


‘Historia de España, volumen X. España bajo la dictadura franquista 1939-1975’, José Antonio Biescas, Manuel Tuñón de Lara, Editorial Labor, 1ª 1980.


Indicadores regionales 1955-1975, Renta per cápita, y PIB, de las regiones durante la dictadura. Las cifras del Informe FOESSA 1975-1983, dicen que las 4 regiones que estaban entonces por encima de la media, eran Madrid, región Vasconavarra, Cataluña y Baleares, con Valencia en la media. El mayor crecimiento de población se produce en Andalucía y Cataluña, en esta última por emigraciones masivas de españoles, al igual que en Madrid, región que sigue en aumento poblacional. En la distribución del PIB, comparativa del desarrollo entre 1955 y 1975, destacan la mejora en peso respecto al total, Madrid y Cataluña, ambas han crecido; en mayor medida Madrid, aunque partiendo de cifras más bajas y representando Cataluña un mayor porcentaje en la riqueza nacional. Los datos de PIB agricultura catalán parecen erróneos, sobresale el peso industrial de Cataluña a gran distancia del resto, suma lo que las otras dos regiones industriales, y servicios en Madrid, comercio, hostelería, finanzas y administración, seguido de cerca por Cataluña, comercio y hostelería. No hubo explotación de españoles a catalanes, como cita la propaganda soberanista.


‘Informe sociológico sobre el cambio social en España 1975-1983’ Fundación Foessa

Los cambios del empleo dan cuenta del giro que experimentan los sectores productivos en esta etapa. Entre 1960 y 1973 los empleos agrarios disminuyen en cerca de 1.700.000 personas, que incrementa el sector servicios, al tiempo que el industrial crecerá en más de 1.000.000. Ello guarda correspondencia con el abandono de extensas regiones agrícolas del interior y el desplazamiento a la industria de la periferia, cuyos servicios, en parte vinculados a la producción se desarrollarán cercanos a la industria, así crecerán comercio, transportes y hostelería, una parte de la cual crece por el turismo, dichos sectores productivos favorecerán a Cataluña. Los subsectores bancario y seguros, administración, sanidad y educación, se demorarán unos años para crecer en la democracia.



Papeles de Economía Española. Num. 34-1998. FIES. Clemente del Rio Gómez. Dinámica y distribución espacial de los servicios en España 1960 y 1985.

En el cuadro de estructura porcentual del empleo resalta el peso industrial en 1960 de País Vasco, Cataluña, Asturias y Madrid –la industria años después pasaría graves crisis que la reducirían- y los cambios producidos en 1973, donde siguen figurando en primeros lugares País Vasco, Cataluña, pierde peso Madrid y se extiende la crisis a todo el Cantábrico, aparecen Navarra, Valencia y Aragón. Volviendo a aparecer la España interior y Canarias en el otro polo. El empleo de servicios crece en todas partes, destacando las islas por el turismo, como también en otro plano Cataluña y Andalucía; crecerán los servicios en Madrid por la administración, banca y comercio.

Madrid y Barcelona son las estrellas destacadas del periodo; según la publicación periódica de Banesto, Anuario del Mercado Español en el ‘Ranking de áreas comerciales’ en 1969 año que recoge el desarrollismo de los sesenta, figuran en primer lugar ambas, la suma de las dos equivale a cerca de la suma de las 20 siguientes, resultados que mantendrán en 1975. Un área comercial desarrollada implicaba y era demostrativa de un desarrollo económico superior, reflejaba una superior calidad de vida en el entorno. En el cuadro Indicadores de Población activa y nivel de vida, referido a 1973, -antes de la primera crisis del petróleo- destaca Cataluña en los parámetros que se utilizaban para determinarlo; en número de teléfonos x 1.000 habitantes, cuenta 259 sobre la media de 177, en coches x 1.000 habitantes, 163 con media de 108, en habitantes por médico 597 sobre 693, aquí el menor número es mayor calidad de atención. –Madrid queda subsumido en Castilla-La Mancha por lo que no particulariza cifras.-

Cataluña es tratada como una colonia, según la lógica del derecho de conquista. …el estrangulamiento económico que practica el gobierno español. 
 Asamblea Nacional Catalana


Anuario Económico y Social de España, 1977, Planeta. Datos 1973.

La prevaricadora gestión de nuestros recursos mediante un sistema de reparto de rentas y un sistema de políticas públicas que discriminan por razón de identidad nacional a Catalunya. CCN. Circle Catalá de Negocis.


El tardo franquismo y la aparición del término ‘nacionalidades’

Santos Juliá cuenta en excelente síntesis como surgen los conceptos de nacionalidades y regiones, y la utilización de los mismos hasta que se impusieron en la Constitución de 1978, en el libro ‘Historia de la nación y del nacionalismo español’, VVAA. Editorial Gutenberg, 2013, en página 886 y siguientes ‘Nación, nacionalidades y regiones en la transición política a la democracia’. Desmiente la utilización del término nacionalidades por miedo militar tras la muerte del dictador y narra la historia del surgimiento y adecuación de dichas palabras por parte de la oposición durante el franquismo. Recuerden que la Constitución de la II República solo incluía Municipios y Regiones, en su artículo 1º en el que también refleja ser Estado integral o no reconocer el derecho de secesión ‘’La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. ’’

Utilizados a principios de los cincuenta por el Moviment Socialista de Catalunya al’Exili, en 1953 por Pere Bosch Gimpera y a partir de 1961, Unión de Fuerzas Democráticas, coloquio de Múnich de 1962, congresos de 1964 y 1972 del PSOE, PCE 1972 y 1975, Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya de 1969, debate Centralismo y organización federal en Can Bordoi 1971 la palabra nacionalidad es omnipresente, por J.A. Abelló por J. Reventós, también utilizado Assemblea de Catalunya de 1971, Junta Democrática, Plataforma y posterior Coordinación Democrática… Libertad, amnistía y Estatuto de autonomía, restablecimiento de instituciones catalanas, Generalitat y Estatuto de 1932, gobierno, parlamento. Y descentralización del Estado, que no necesariamente significaba soberanía. Juliá da cuenta de múltiples relaciones entre la oposición y reuniones en las que se van integrando los conceptos nacionalidades y regiones y su asunción global en un mínimo común denominador por todas las fuerzas al encarar el proceso constituyente. La idea para entender aquellos años es la de aceptar la existencia de una compleja profusión de fuerzas e intereses entre la oposición, el franquismo residual, el postfranquismo democrático y las fuerzas económicas diversas, al igual que las presiones internacionales, que darán como resultante de aquellas luchas la Constitución de 1978, un marco que fue aceptado mayoritariamente por las fuerzas en liza y por el pueblo español.

En los primeros años del franquismo la oposición catalana no incluyó entre sus reivindicaciones el derecho de autodeterminación para otras nacionalidades, derechos para sí, no para otros, lo cual sí hacía el resto de representantes de la oposición. La oposición catalana fue incorporando la reivindicación generalizada tras la muerte de Franco. El motivo de ello no es un olvido sin importancia, puede seguirse reiteradamente en los textos que desarrollan el catalanismo del XIX y XX impregnados del complejo de pueblo elegido para regenerar España, así las libertades serán importantes para ellos, más en cuanto elemento diferencial, que de hecho será uno de los problemas del Estado de las Autonomías, la tendencia a la igualación, al no estar suficientemente marcada la asimetría. Este aspecto se visualiza en la política catalana, en su intento de negociar siempre de igual a igual entre el Estado español y el Estado catalán, no entre todas las autonomías, lo cual deja dudas permanentes respecto a la eficacia de una salida federalista a este embrollo. 

Manuel Herranz Montero. Extracto del libro ‘Catalunya. Camino a la secesión’. 2013’

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