En muchos parques hay piedrecitas pequeñas, sobre grandes extensiones de suelo, supuestamente de adorno y supongo para proteger humedad y evitar hierbajos, (en otros sitios ponen cortezas de pino). Lo que sucede con las piedrecitas es que siempre hay montones por los alrededores de los setos, por los caminos del parque porque las sacan los niños para jugar. Menos piedrecitas y mayor responsabilidad.
Además hay praderas, grandes y pequeñas, que a mí particularmente me disgustan por poco estéticas y menos eficientes en una zona de secano, hay otras formas menos costosas y de la zona mediterránea para poner. El caso es que las praderas son utilizadas por los niños y mayores para jugar al futbol y puedes ver como los abuelos y padres meten a sus vástagos allí a jugar. Cuando sean jóvenes entenderán que lo público es suyo y está para hacer con ello lo que quieran, al margen de las otras personas que tienen derecho a disfrutarlo. Menos praderas y mayor respeto a lo público.
He visto niños pequeños jugando en zonas infantiles, arrancando el suelo protector de caucho, sin que sus padres dijeran nada. O a niños mayores romper tranquilamente juegos infantiles haciendo el chorra, con los padres y abuelos enfrente sin decir nada. También veo arrancar flores y plantas, pisar setos y torcer las ramas de los árboles hasta romperlas, y ni que decir tiene la libertad con la que se tira al suelo cualquier envase y envoltorio de consumo, todo bajo la atenta mirada de sus ‘educadores’.
Eso sí, luego los mismos ‘educadores’ protestan porque todo está sucio y roto. Ah! Y el ruido y los chillidos de las proles que nadie corrige. Viva el libertinaje.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario